˚₊· 08

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El sábado llegó con rapidez

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El sábado llegó con rapidez. Elinor había salido del baño alrededor de las seis y había comenzado a arreglarse para el evento. Bruce le había dicho que saldría un momento, pero no lo veía desde las tres de la tarde y no lo vio ni siquiera cuando el reloj marcó las siete y media. Comenzaba a creer que tal vez no llegaría a tiempo.

Se dirigió al salón principal, Alfred estaba en un sillón individual leyendo el periódico luego de haber terminado con las tareas del día.

—Hola, Alfred. Pensé que estarías abajo —le dijo Elinor.

—Elinor, luces preciosa —la chica sonrió— decidí tomar un descanso. Bruce dijo que saldría contigo al evento.

La expresión de la chica cayó por completo.

—Entonces... supongo que no lo has visto.

Alfred negó y le dirigió una expresión de tristeza.

—Desde que salió más temprano, no he sabido nada de él.

Elinor suspiró y asintió mientras trataba de sonreír en un falso intento de darse ánimos.

—Bueno, supongo que surgió algo realmente importante— sacó el celular de su cartera— pediré un auto para que me lleve al evento. Ya es tarde.

—Si quieres puedo llevarte —se ofreció el hombre.

Elinor negó.

—No, gracias Alfred. Honestamente... quiero estar sola ahora mismo.

El hombre asintió.

—Ten cuidado.

Elinor le sonrió y dio media vuelta para dirigirse a la salida mientras miraba su celular y buscaba el número de Teseo. Estaba a punto de llamar cuando levantó la mirada y se encontró con Bruce.

El hombre sostenía un hermoso ramo de rosas rojas y Elinor podría jurar que la última vez que lo vio así de arreglado fue el día que se casaron.

—Lamento la tardanza —dijo en un susurro— tuve que ir un poco lejos para conseguir esto —levantó su mano libre para mostrarle un collar con forma de corazón metálico pero el centro tenía una piedra color rojo, parecía un rubí.

Elinor no pudo ocultar la sonrisa que de pronto quería extenderse por su rostro. No lo pensó cuando se acercó a Bruce y lo primero que hizo fue abrazarlo por el cuello. Bruce la recibió con gusto y luego de un momento se separaron.

—Muchas gracias, Bruce —tomó el ramo— aunque no debiste molestarte. Las rosas rojas son mis favoritas.

—No me molesta —murmuró— por cierto, luces realmente bellísima esta noche.

—¿Sólo esta noche? —bromeó.

Bruce sonrió un poco. Tenía tantas ganas de besarla.

—Está noche un poco más.

Dusk till dawn ⇝ Bruce Wayne ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora