Capítulo 5: Jake

174 4 0
                                    

- ¿Cuándo van a venir?

- Shanon me dijo que sobre las diez, pero seguramente se hagan de rogar.

Miro la hora. Quedan solo diez minutos para las diez.

Llevo toda la tarde nervioso por la cena. Nervioso y hambriento. Aún no me he acostumbrado a la poca cantidad que me deja comer Jake, y tampoco a comer únicamente comida saludable. Ha sido una semana bastante horrible, pero he conseguido adelgazar kilo y medio y que mi barriga se vea un poco menos hinchada. He aprendido a controlarme un poco más, así que no creo que esta noche nadie se sorprenda al ver las cantidades industriales que suelo comer.

Estoy seguro de que Derek se ha puesto lo primero que ha encontrado en el armario, pero ese no ha sido mi caso. A estas alturas, y después de todos los kilos ganados en verano, poca ropa me vale, y mucha menos me queda bien. Al final me he decidido por una de las pocas camisetas que aún me quedan anchas -y así disimular un poco mi barriga- y los únicos tejanos que me cierran y aún puedo respirar. Sí, debería comparme algo más de ropa.

El rato que tardan en picar al timbre se me hace horriblemente interminable. Estoy nervioso por ver a Els, por cómo irá la cena y por lo que pasará después, si se irán o se quedarán un rato más. Seguramente Shanon se quede con Derek para poder tener intimidad, y supongo que Els también lo hará, aunque sea por el compromiso de no irse sin su amiga...

- Ya voy. -dice Derek, levantándose del sofá en el que hasta hace un segundo estábamos sentados los dos-. Tú concéntrate en dejar de temblar e intenta concienciarte de que vas a tener que hablar en algún momento de la noche, así que más te vale no empezar a tartamudear.

- V-v-vale.

Mi hermano pone los ojos en blanco y se dirije a la puerta. Yo, de mientras, no sé qué hacer exactamente, así que me levanto también y me escondo tras la puerta del comedor, por tal de poder escuchar la conversación sin que nadie me vea.

- Hola.

- ¡Hola! -la voz de Shanon retumba en mis oídos-.

Es una chica demasiado estridente para mi gusto, y me da la impresión de que para mi hermano también. Aún así, las veces que he hablado con ella me ha parecido muy simpática y dulce, así que quizás sea eso lo que le gusta a Derek de ella. Eso y su impresionante físico, que no creo que le pase desapercibido ni a él, que podría considerarse la persona menos superficial del planeta.

- Hola.

Escuchar la voz de Els me pone los pelos de punta y hace que vuelva a temblar. Cierro los ojos y me concentro en controlar mi temblor, e inesperadamente da efecto. No puedo aguantar más las ganas de verla y me asomo por el marco de la puerta.

La primera a la que veo es Shanon. Ha empezado a contarle algo con un tono muy efusivo a mi hermano, pero me desencanto de averiguar cuál es el tema de conversación en cuanto veo a Els. Está preciosa.

Parece un poco incómoda en la conversación. No deja de mirar en todas direcciones, como si buscara algo, o quizás a alguien... ¿Me estará buscando a mí?

Lleva un vestido que resalta sus marcadas curvas y unas botas altas que le dan énfasis a sus piernas, que apesar de no ser muy largas -Els no es lo que viene a ser una chica alta- con ese calzado dan la impresión de que sí. Es tan bonita...

Sin querer y para mi desgracia, le doy un golpe a la puerta y esta se abre. Nadie parece haber reparado en mi presencia, por lo que intento huir. Pero cuando voy a dar marcha atrás, Els me ve.

Mierda.

Me dedica una preciosa sonrisa tímida y se acerca a mí. Durante el breve trayecto hasta donde me encuentro, no deja de ponerse los mechones sueltos detrás de las orejas. Parece nerviosa, pero ¿por qué?

- Hola. -dice al llegar a mi altura-.

- H-hola.

Mierda, ya he empezado a tartamudear.

- Tu casa es muy bonita. Bueno, vuestra casa. -añade echándole una mirada a Derek, que no se ha movido ni un milímetro y sigue hablando con Shanon-.

- G-gracias... Era de mis padres, pero se divorciaron y ahora mi madre vive con su hermana, mi tía. Y como mi padre es un hombre de negocios, a penas pisa un par de veces al mes la casa.

Joder, ¿por qué le cuento eso? Solo me ha dicho que le gusta la casa, no me ha pedido que le cuente mi vida. No llevamos ni un minuto hablando y ya he tartamudeado dos veces y le he soltado una parrafada aburrida. Soy penoso.

Pero para mi sorpresa, Els sonríe. Tiene una sonrisa tan dulce... En menos de un segundo ya me siento mejor.

- ¿Y cómo es vivir solo? O prácticamente solo. Yo vivo con mi madre y su novio y Dios, es lo peor. -hace una pausa para poner una expresión de fastidio-. Se pasan el día discutiendo y por ende algunas peleas recaen sobre mí. Es insufrible.

- Bueno... No está mal. Derek y yo no somos personas muy fiesteras, así que la casa suele estar bastante tranquila.

- Me lo apunto. Quizás me quede como okupa unos cuántos meses, hasta que mis padres se decidan de una vez a divorciarse.

Eso me hace pensar en cuando mis padres se divorciaron. Derek y yo éramos pequeños, por lo que tampoco tenemos muchos recuerdos de aquella época, pero sí recuerdo muchas peleas y llantos...

Els parece darse cuenta de lo que ha provocado su respuesta en mí, porque se disculpa al momento.

- Perdona, yo... No debería haber dicho eso. Ha sido de muy mal gusto.

- No te preocupes. -respondo con sinceridad-. En aquel entonces yo solo tenía seis años, no recuerdo mucho.

- Bueno, ¿cenamos ya?

Miro detrás de Els y veo a Shanon y Derek acercándose. Suspiro aliviado por haberme podido escaquear del tema y los sigo junto a Elizabeth hasta la cocina.

El gran peso del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora