Capítulo 39
-George- grito-¿cómo es eso del baile?
-Dafne, no te lo voy a explicar más. Escúchame bien, la última vez.- asiento, mi hermano pequeño ha perdido la paciencia conmigo- Es parte de la misión, de hecho empieza aquí. Es lo más importante realmente, si la fallamos será un desastre.
>>A lo que íbamos, nos han elegido a nosotros para formar parte de esta misión etc., etc. el Tribunal de los Dioses. ¿Eso ya lo sabes verdad?
-Nosotros. Tú y yo.
-Tú, Helena, Héctor y yo.-dice tranquilo.
-Espera ¿qué, Héctor?- el asiente- ¿Y por qué no me lo has dicho antes? Da igual no me lo digas, quiero que me expliques que es lo que tenemos que hacer.
Suspira.
-Si la señorita me deja yo lo haré o por lo menos lo intentaré-toma una pausa- Vamos a ir a un teatro, veremos la obra mientras hacemos nuestra tarea y luego iremos a una fiesta donde el anfitrión es el Dios Dionisio.
-¿Qué tarea es esa?-se me ha iluminado la mirada con lo de Dionisio, nunca pensaba que iba a conocerlo.
-Defender al pueblo griego de los romanos. Es una larga historia. Cuando la civilización romana robó nuestras posesiones, se levantó una rebelión en nuestro pueblo. Sin embargo los romanos no tuvieron suficiente y crearon la Alianza Divina, o como ellos la llaman divini feoderis. Su intención era quitar las identidades de todos nuestros Dioses y apropiárselas para crear a otros Dioses.
>> Todo el pueblo fue engañado por la Alianza Divina. Se camuflaron entre el pueblo griego, convenciéndonos de que ellos querían adorar a nuestros Dioses. Nuestros sacerdotes y sacerdotisas les confiaron todo sobre ellos, sus historias, sus actos e incluso sus dones. También les confesaron sobre la profecía.
-¿La profecía?-pregunto.
-Sí Dafne, la profecía que habla sobre nosotros. ¡Y no lo preguntes!
El día del eclipse lunar nacerá una nueva era.
Juntando la sangre de Dioses y mortales
Llegará la nueva estrella
Mostrando su plena luz
Cuando descubra su eterna juventud.
-¿Y qué significa?
-Significa que nosotros somos esa juventud, la nueva era. Nosotros, los de nuestra clase, los semidioses, hemos llegado aquí para aumentar el poder de nuestro pueblo y, al mismo tiempo, protegerlo, porque la Alianza quiere aniquilarnos, eliminarnos de su camino. Pero no lo van a conseguir por eso es tan importante.
-Vale ya lo entiendo, ves como si que puedo llegarte a entender. Es que a veces parece que habléis en clave- me río.
A George no le hace tanta gracia, pero al final la acepta.
-Una última pregunta- levanto la mano- ¿Quién es Helena?
-No tardarás en conocerla. Tiene que venir a entrenar y Héctor se supone que también. – Al oír su nombre mi piel palidece y mis manos están heladas- ¿Daf estás bien?
-No lo sé- digo tocando mi frente.
-Estate tranquila, el está bien, no tienes de qué preocuparte. El vendrá a entrenar un poco y nada más. Si no quieres verlo me voy con él a la zona de tiro y no pasa absolutamente nada.
-No, tranquilo estoy bien, no voy a dejar que me afecte esto.
George me mira negando con la cabeza, pone los ojos en blanco y se va. ¿Adónde va? ¿Me va a dejar aquí sola, en medio del campo de entrenamiento?
George se aleja unos pasos más y veo que se dirige por el camino del campamento. Sí, supongo que estoy sola, porque por lo que me ha explicado mi hermano antes han reservado el campo de entrenamiento solo para nosotros, y ahora sé que el "nosotros" son cuatro.
Me acerco al río. Llego hasta la orilla y puedo completar mi reflejo en sus aguas cristalinas. El sol, en la parte más alta del cielo, ilumina cada onda que produce las sutiles corrientes del largo camino de agua que está enfrente de mí.
Me arrodille y me senté sobre mis talones. Aún cerca de la orilla, pero lo bastante alejada para no empapar uno de los vestidos que me ha confeccionado Sofía, y empiezo a jugar con las piedras.
Las remuevo, lanzo una sobre otra e incluso hago torres con ellas, pero no se quedan estables. No se mantienen, como la relación que Héctor y yo pudiéramos tener.
Al recordar eso, empecé a imaginarme como sería nuestro reencuentro. ¿Cómo reaccionaría? ¿Cómo me miraría? ¿Qué diría? ¿Y yo, que haría? Lo más seguro me quedaría mirándolo como una tonta ilusa o se me entrecortarían las palabras o no lo miraría a la cara o me sonrojaría o...
No sé qué es lo que voy a hacer. Realmente tengo miedo de su reacción y al mismo tiempo de la mía. Tal vez todo esto es una de tantas historias que me imagino y que lo más seguro es que haya pasado pagina, ya no me quiera y esté con otra chica. Pero un sentimiento, un algo, dentro de mí me dice que no es así, que él está pasando por lo mismo que yo.
Alzo la cabeza y veo que el río ha subido su nivel de agua, pues me estaba mojando mis pies desnudos. La acaricia del agua sobre mi piel me calma. Siempre lo ha hecho.
Decido bañarme. "Nadar un rato no me hará daño, si George ha tardado tanto no creo que llegue ahora"- pienso.
Así que me dispuse a complacerme a mí misma. Me quito el vestido y me quede con la ropa interior bordada a mano por las mañosas manos de Sofía.
Toda la ropa es muy cómoda, se ajusta a mi cuerpo perfectamente e incluso resalta cada curva de mi cuerpo. El lino fresco y suave como la seda me vestía de forma elegante y voluptuosa.
Empiezo a notar el frescor del agua entre mis dedos de los pies y a medida que voy avanzando el agua me atrae y yo solo me dejo llevar.
Me zambullo en el agua. Abro los ojos y empiezo a bucear. Rocas y más rocas es lo que veo, peces que se esconden detrás de ellas al ver las burbujas que salen de mi boca para poder controlar mi respiración, pero algo muy brillante me llama la atención. Salgo a la superficie para reclamar el aire y vuelvo a bajar.
Estoy tan cerca de aquello que lo podría coger con las manos, sin embargo me limito a mirarlo. Parece una concha de ostra. La curiosidad me invade y no puedo evitar cogerla entre mis manos y empezar a analizarla.
La concha estaba enganchada a una cadena muy fina de oro. Era un collar, el colgante estaba muy deteriorado. Debe haber estado mucho tiempo, el agua y la arena la han deteriorado un poco. Me lo cuelgo al cuello y subo a la superficie.
Ya veo el reflejos del sol brillar sobre el agua, pero mi pie izquierdo se ha atascado entre uno de los huecos de las rocas. Por mucho que tire mi pie no sale, pierdo los nervios y mi cuerpo se ve envuelto por las burbujas formadas por mis gritos.
Noto que mi cuerpo va perdiendo fuerza, se siente como uno de esos árboles que se mecen al compás que dicta la brisa soplada por el viento. Hago un último intento, y completamente, me quedo allí atrapada. Siendo una de esas velas que se encienden porque es un día de tormenta y se ha ido la luz, ellas se consumen poco a poco, oscilando en las sombras.
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Una novata allí arriba (#Wattys2015)
Teen FictionSinopsis Dafne está en uno de los momentos más especiales de su vida, pero ella solo se fija el objetivo que todo estudiante espera, las vacaciones de verano. Ya tiene los 16 y espera pasar el verano de su vida antes de que empiecen las complicacion...