Capítulo 20

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Capítulo 20

Cada vez está más cerca y yo no me puedo mover. Tengo la espalda apegada en la pared. Nuestras frentes se tocan, puedo sentir su respiración. Su mirada tiene un brillo diferente, un brillo que reluce, que excita... Sus manos se mueven con gracia dentro del agua y las pone en mi cintura. Me atrae mucho más a él. Tan solo nos separa unos milímetros. Pasa de mirarme a los ojos a mirar mis labios, no puedo evitar hacer lo mismo. Se acerca un poco más y sus labios rozan los míos.

Es un beso dulce, sus manos recorren todo mi cuerpo hasta llegar a mi cara. Acaricia mis mejillas, las sienes... y yo le rodeo con mis brazos el cuello. Me apego mucho más a él, si es que es posible, y así estamos hasta que nos tenemos que separar por falta de aire.

Nuestra respiración esta entrecortada. Me mira fijamente y yo le devuelvo la mirada. Me ha besado, a mí. Héctor Mouret ha besado a Dafne Jones. ¿Cómo ha podido pasar? Él es él y yo soy... yo.

-Daría lo que fuera, por saber lo que piensas ahora.- dijo un poco entrecortado. Intenta recuperar el ritmo de su respiración.- Sabes, que hoy tienes que presentarte ante el tribunal de los Dioses.

¿Por que sale con esta mierda ahora?

Porque quiere dejar pasar el beso, tonta.

Y ahora tú, bueno yo. ¿Por qué tendría que hacer eso?

Es lo típico, recuerdas. Primero te besan y luego te piden perdón por ello, "Ha sido un error, no lo quería hacer"

Él no es así.

Tampoco lo era el estúpido de tu "amigo"

No hables de él, quiero disfrutar de esto, ¿vale?

Está bien, pero luego no digas que no te lo he dicho.

-Vete- grito

-¿Que me vaya? ¿Dónde?- me mira extrañado

-Eeh... yo no he dicho nada- digo confundida o intentando estarlo. Él simplemente se encoje de hombros.

-Vamos, tienes que estar lista para hoy.

-¿Y qué tengo que hacer?

-Dafne, no es tan difícil. Sales de la piscina, te indico donde está el baño, te duchas, te pones la ropa y luego yo te llevaré al Olympo para que te vistan para el tribunal.- Ya ha vuelto don perfecto.

-No te pases, a veces me dan ganas de...

-¿De qué?- me interrumpe y se acerca mucho a mí. Contengo la respiración.

-De poner mis manos alrededor de tu cuello- digo sensualmente y lo hago- pero para estrangularte- hago fuerza, pero n para ahogarle sino para hundirle.

-¡En serio!-dice sorprendido- Pero si solo sabes dar empujones- esta riéndose a carcajada limpia- No podrías ganarme, llevo dos años entrenándome.

Me enfado y me voy, menos mal que está cerca la escalera. La subo, cojo la ropa y voy dentro de la casa. Estoy mojada y dejo un rastro de gotas por donde paso. Me da igual, que se aguante, a la otra que vuelva a enfadarme.

Voy a la habitación donde esta noche he dormido. Me seco con la toalla y luego saco la ropa de recambio. No está mal, un vestido de color rosa palo. Fresco y natural.

Salgo de la habitación. Esta vez seca, con el bikini aun puesto y con la ropa en la mano. Veo que las gotas que he dejado han desaparecido, las habrá secado así que no andará muy lejos.

-Héctor- lo llamo.

-Estoy en mi cuarto- me contesta, voy a su cuarto, doy unos golpecitos en la puerta- Pasa.

Paso y él esta secándose. No puedo fijarme en otra cosa que no sea en su cuerpo. Tiene la toalla en su cuello y con los extremos de esta se está secando el pelo.

-Me dices donde está el baño- digo sin interés.

-Puedes usar el de mi habitación.- dice señalando una puerta.- Oye, ¿estás enfadada conmigo?- no le contesto. Entro en el baño, veo que tiene cerrojo y lo hecho, después de cerrar la puerta de un portazo.

-Lo tomaré como un sí- dice en un suspiro.


Una novata allí arriba (#Wattys2015)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora