haerin's mind | daerin.

how to stop thinking part 2

Danielle mordisqueaba la uña de su dedo medio. Algo la mantenía nerviosa. Luego de días, no volvió a sentir una molestia sobre Haerin siendo alguien sociable, pero no sabía que hacer con ese pequeño diablito en su cabeza que la hacía sentir medianamente enferma. Las charlas que obtenían por celular no eran suficientes.

La castaña solía correr hacía ella siempre que entraba a la escuela, o cuando la veía por el pasillo. Haerin venía con su mochila siendo sostenida con timidez, mientras Niki le contaba algo moviendo sus manos y exagerando cada movimiento. Haerin en algunas ocasiones volvía al medio a su vista para ver hacia el pasillo, luego volviendo a dirigirse al japonés que hacía ruidos con su boca. Haerin se veía como un gatito, y eso la hacía sonreír mucho, tanto que Danielle sacudió su cabeza para borrarse la sonrisa y dirigirse a su casillero, dándose la vuelta para chocarse con algo: Minji parada detrás suyo como una gárgola. 

Lo segundo que se encontró en la mañana, eran sus narices chocando por el impacto de la acción. Minji se separó, con su mano tapando la punta de su nariz, al igual que la pelinegra. 

—¿Qué ocurre contigo qué estás tan distraída últimamente? estuve gritándote todo el pasillo. Incluso grité tu nombre en coreano. 

—¿En serio lo hiciste? —Danielle suspiró como si estuviera su popularidad acabada —sabes que no me gusta usarlo... 

—¡Es que ni siquiera contestabas cuando gritaba Dani!

—Es porque tiene cabeza de novia —apareció detrás hanni, pasando sus brazos por la cintura de Minji, dándole un suave beso en la mejilla, apoyando su cabeza en su hombro posteriormente. Esto no inmutó a ninguna de las dos, por lo que la más baja entre ellas prosiguió —¿cómo va todo con haerin? Niki se ha pegado a ella como un abrojo. 

—Todo está bien —suspiró Danielle —extraño a Haerin, pero si necesita tener amigos, la dejaré hacerlo. Niki no me parece mal chico... por ahora. 

Hanni sonrió —Claro que no lo es, el solo quiere ser el chico de Haerin. ¿verdad cielo? —llamó cariñosamente a Minji. Minji se sonrojó y tomo las manos que se posaban en su cintura para acariciarlas. Danielle seguía sin notar nada raro, omitiendo ese comentario. Hanni solo quería verla enojada.

—Ella dice la verdad —las tres dirigieron su mirada hacia jungwon, quién aparecía con su rostro amable. Saludó a todas con una reverencia.

—Vaya ¿Tienes un oído biónico ahora? —preguntó Minji. —¿qué se trae tu amigo con haerin? 

Jungwon se acomodó en el casillero, apretando sus labios y luego mirando a Danielle —Tú estás en serios problemas. Niki está totalmente perdido por esa amiga tuya. 

Hanni abrió sus labios y ojos, dándole una mirada a la señalada. Danielle actuó de nuevo normal, para no hacer que su burlona amiga Hanni no se aprovechara. 

—¿y? —Danielle elevó su ceja hacía jungwon —Haerin tiene su propia vida.

Jungwon rió, dándole un leve golpe en su brazo —He visto tus miradas de odio hacia Niki. Si quieres quedártela para ti, estás a tiempo de separar esa rara amistad. Pero podemos hablarlo más tarde, ahora debo ir a cálculo —el chico con rostro gatuno se fue alejando, gritando por el pasillo —¡Sé por qué te lo digo! 

Minji frunció su ceño —Es tan rarito y metido. Me cae mal —rodó sus ojos Minji. 

—A ti todo el mundo te cae mal, cielo —hanni volvió a dejar otro beso en su mejilla. —¿le harás caso al youkai? —minji rió por el apodo, al igual que la australiana.

—No le digas así —empujó Minji. Hanni soltó otra risa —Se enojará y hablará de nosotras.

—¡Niki dijo que él era uno!