Haerin es sorprendida por el viento que choca en su rostro apenas sale de casa. su madre le advirtió que haría mucho frío, pero ella simplemente quería disfrutar de esas pequeñas cosas. Le gustaba la sensación de su rostro refrescandose, incluso si fuera por unos minutos y luego lograra resfriarse hasta el punto de enfermarse. Era algo normal para ella, con sus defensas bajas no podía hacer mucho. Anhelaba el frío cuando no estaba y extrañaba al calor cuando desaparecía.
Saludó a su madre apenas subió al auto de su padre, colocando música un tanto alta. No le gustaba sentir el ruido del tráfico y eso la calmó un poco. Había un grupo que especialmente le llamaba la atención, y su padre no reprimía sus gustos musicales o intereses como los demás podrían hacerlo. Haerin era libre, o bueno, ella creía que sí.
—Vendré por ti apenas terminen las clases. ¿De acuerdo?
Haerin asintió. —Suerte en tu trabajo, papá. Lo harás bien. No te preocupes por no ganar demasiado —Y con eso último, se alejó del vehículo.
Había estado escuchando (realmente sin quererlo) a su papá discutiendo por teléfono en la mañana, antes de que tuviera que despertarse. Él sin saber esto la despertaría como siempre, con una sonrisa sincera pero sus ojos llenos de lágrimas, y ella no tendría otra cosa que ignorar eso. Esta vez, no se guardó su pensamiento. Si su padre necesita un apoyo, ella lo sería, al igual que su madre. Después de todo, no tenía un estilo de alta mantención. Haerin nunca gastaba dinero en ropa, ni siquiera en cosas banales como caprichos, pero quizás... no se contenía de usar su mesada en juegos online, además de tener su propio ahorro para regalarle cosas a una chica en especial.
Danielle.
Haerin suspiró cuando leyó su nombre en la décima tarjeta que le intentó enviar en las últimas semanas. Eran tarjetas compradas en una tienda normal, pero había practicado demasiado en su caligrafía para que se entendiera y fuera legible. Siempre las hacía y luego las deshacía sintiéndose fatal. ¿Qué pensaría su amiga más cercana si supiera que hace esas cosas cursis? ¿se reiría? aunque probablemente eso no le molestaría, pero si sería algo que muy en el fondo lastimaría sus sentimientos, aquellos que ni ella entiende.
Como si la llamara por arte de magia, Danielle apareció con su vivaz y refrescante sonrisa. Ella era el viento que aparecía contra su rostro, y el calor que anhelaba cuando se iba. Dani era increíblemente sociable, algo que agotaba mucho a Haerin. Danielle lo entendía, pero su ser altamente social no la dejaba comprender del todo la actitud de la menor. Haerin se balanceaba con sus pies apenas apareció en su campo de vista, queriendo captar su atención mientras ocultaba la tarjeta debajo de la manga de su uniforme.
—¡Haerin! —llamó dulcemente, pasando sus brazos por sus hombros, abrazándola con afecto. La susodicha imitó la acción, pero pasando sus brazos por su pequeña cintura —Por fin te veo.
—Dani —dijo separándose, dedicándole una sonrisa —¿cómo ha ido tu fin de semana?
Danielle tenía una forma de expresarse totalmente diferente, además de ser descriptiva hasta con sus manos. Las movía hacía todos los lados, y hacía hasta efectos de sonido con su boca.
—Luego Minji invitó a este chico, ah, es japonés. No recuerdo su nombre. ¿Nick? ¿Riki? Y el vino con otro chico, ¿jungwo? ¿jungwon? —movió su dedo índice hacía su labio, frunciendo su ceño por un segundo. Haerin rió ante su memoria con poca retención. —¡Y ellos trajeron alcohol a escondidas de sus padres! menos mal no viniste. Era una fiesta de adultos —contó orgullosa de su estadía en la casa de Minji un viernes por la noche.
—Eso significa que conociste a más personas —aunque no quería que se note, Haerin tenía un sobre pensamiento por su amistad. Tenía miedo de que un día se volviera reemplazable. —Eso es genial, Dani.
-Oh, no. No pongas esa cara —La de cabellos oscuros abultó sus labios y luego sonrió, con sus dedos índices tocando las comisuras de la menor para que también sonría. —happy smile!
Haerin rió por la ternura entrecerrando sus ojos, y luego buscó la manera de volver a fusionarse en un abrazo con ella. Era simple, era honesto y era perfecto de esa manera.
—Me extrañaste mucho, ¿eh? Invítame a tu casa un día de estos.
—L-lo haré, Dani. —Sus mejillas se volvieron rojas. —Solamente no traigas a nadie que no conozca, por favor.
Danielle Río. —Oye, oye. Eres mi prioridad. ¿por qué llevaría a alguien a la casa de mi mejor amiga?
Y Haerin sonrió. Porque siempre tenía a Danielle en mente como su vida y ella la tenía como su mejor amiga.
—No lo sé. Eres capaz de todo —se permitió dudar. —¿Recuerdas cuándo te invité al cine y viniste con una compañera de clases?
—¡Era una buena película, no podía dejar que se la perdiera! ¡Ella quería salir a verla hace rato y fue lo primero que se me ocurrió apenas me invitaste! —La australiana suspiró y miró a Haerin con su ceja arqueada —vamos, déjamelo pasar. Sé que estuvo mal.
—Cumple tu palabra, Danielle Marsh. —Elevó su dedo meñique, justo cuando la mayor iba a hacerlo habló de nuevo. —¿Sabes que antes usaban el dedo meñique para hacer promesas y que si las rompías tenían que cortarte ese dedo?
—Tú no lo harías. Eres un pequeño gatito cariñoso. —Enredó su propio dedo con el de Haerin, riéndose suavemente.
Antes de que Haerin replicara, la campana sonó. Danielle le aseguró que, en el descanso y en el almuerzo, estarían juntas.
Haerin esperaba aquello, aunque a Danielle se le olvidara y ella se concentrara en sus juegos móviles no queriendo sentirse mal por quedarse de lado.
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haerin's mind | daerin.
Fiksi RemajaHaerin tiene toda su atención en Danielle, pero ella no se confesará tan fácil y Danielle no aceptará aquello hasta que salga de su boca. ᓀ‸ᓂ : Haerin ♡︎ Danielle. ꗃ: alrededor de 10 o 15 capítulos. ✦: fluffy en su mayoría. ✷: tienen sus edades rea...