what do you want?

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Danielle fue citada por Jungwon a la mañana. Ese día entraban un poco tarde, por lo que el chico con rasgos gatunos decidió que sería buena idea que desayunen juntos, y que hablen de temas serios. Él mantenía una sonrisa de oreja a oreja, mientras que la australiana lo veía con su rostro más serio.

—Deja de verme así, Dani —tomó su mano, queriendo que la pelinegra le preste una cara más amena —no te cité aquí por lo que crees.

—De acuerdo —se acomodó en su lugar, prestándole atención. —¿qué querías decirme?

—Me gusta Niki —dijo sin rodeos. Danielle simplemente elevó sus cejas. —Estoy un poco celoso de Haerin, pero sé qué puede separarla de Niki.

—¿por qué estás seguro de qué yo quiero separarlos? —lo miró ahora con su ceño fruncido. —¿Por qué la haría infeliz?

Jungwon rió.

—Tu realmente eres ciega, Dani. Es obvio que a Haerin le gustas, pero quién no lo acepta eres tú.

Danielle se sonrojó. Nadie entendía que Haerin no gustaría de ella jamás, o al menos no lo tomaría en serio hasta que Haerin se lo dijera. Pero algo la hizo dudar sobre sí misma, y finalmente aceptó.

—¿Qué quieres que hagamos?

Ahora el castaño volvió a tener su sonrisa, aplaudiendo.

—No mucho, en realidad. Tú debes hacer que Haerin desconfíe de Niki y yo haré lo posible para hacer que él sepa que Haerin gusta de ti.

—Entiendo. —asintió.

Siguieron planificando su plan, yendo al colegio apenas terminaron sus desayunos. Se dedicaron miradas de apoyo desde los extremos, mientras ella corría hacía Haerin y el castaño hacia su alto amigo japonés.

Haerin estaba de nuevo con su celular, jugando en una aplicación que constaba de un juego de palabras. Pensaba que podría ser y luego saltaba al saber las respuestas. Pudo notar como su cintura era abrazada y en su hombro se había posicionado algo, siendo el mentón de la australiana.

—Dani —dijo en un tono feliz, dándose la vuelta para devolverle el abrazo. —¿Cómo te sientes?

—Mejor gracias a ti —contestó con el mismo entusiasmo. —¿Qué has estado haciendo ahora que volviste a tener celular?

—Oh, he estado jugando un poco y hablando con Niki. Iba a mandarte mensaje, pero pensé que estarías en cama durmiendo...

—No te preocupes. —jugó con su mejilla, pellizcandola entre sus dedos. —Aquí estoy, podremos hablar.

La castaña suspiró y sonrió ante la noticia. No estaban así de juntas todos los días, por lo que sintió que debía abrazarla un poco más, regalando un beso en la mejilla de la mayor. Danielle se sonrojó, abriendo sus ojos y luego sonriendo. Haerin era muy cariñosa. —Te dedicaré mi tiempo a partir de hoy, ¿bien? lamento haberte dejado un poco de lado.

—No te preocupes... ¡Niki me ha acompañado muy bien!

Danielle sonrió, dándole palmadas en la espalda.—Niki es un gran chico, pero... he oído que tú le gustas.

Haerin se alertó, y en su rostro apareció un gran signo de incógnita. —¿Cómo estás segura? No es posible que eso ocurriera, él y yo...

—¿Él te gusta? —preguntó interesada, más por cuenta propia que por algún acuerdo hecho con jungwon. —Si él lo hace...

—¡no, para nada! —negó rotundamente, separándose un poco de ella para negar con sus manos alborotadas. —A-a mí me gusta otra persona.

—¿no le dirás quién a tu mejor amiga? —irguió su ceja derecha. Haerin rió, negando. —Bien, me guardas secretos. Mi haerin ha crecido.

—Es que no puedo decirte quién es... No todavía —aseguró. —¿me prometes que esperaras para saberlo? 

ante los ojos gatunos y brillosos de la menor obligaron a Dani hacer un voto secreto de silencio por la constante pregunta en su mente: ¿quién es?

—Está bien, Rin. Pero algún día debes decirme. —acomodó el cabello que había caído en su rostro detrás de su oreja. —¡si no no podré asegurarme que soy tu mejor amiga!

—Lo eres. Eres la única. —garantizó sonriente.

( ఇ )

Niki buscó con la mirada a Haerin, pero al no encontrarla procedió a mandarle un mensaje. Chasqueó cuando notó que los mensajes no llegaban, colocándose de nuevo de frente a la mesa de la cafetería dónde se sentaba con Jungwon.

—¿Haerin no contesta? —preguntó el castaño, comiendo un poco de la porción de la comida que servían en el buffet. —quizás está ocupada. Deja el celular y ponte a comer.

—Tienes razón. —suspiró. —Es solo que es agradable pasar tiempo con ella. Siento que nos entendemos en varios aspectos...

—¿Yo no te entiendo? —Jungwon elevó su ceja, notablemente consternado ante la idea de no llenar sus expectativas como amigo. —¿te gusta tanto Haerin?

Niki frunció su ceño. —¿De qué hablas?

Jungwon continuó, hablando más por la gesticulación que lograba con los palillos —Ya sabes. Estás pendiente de ella todo el día, hablas mucho con ella, eres cercano. Lo típico de que, chico y chica no pueden ser amigos.

El japonés soltó una carcajada.

—A Haerin le gusta Danielle, y eso lo respeto mucho —aceptó finalmente. Jungwon se atascó con un pedazo de carne. —¿por qué te ahogas?

—¿Tú lo sabías? —Él solo había utilizado esa excusa como tenía planeado, además de haber oído a escondidas las conversaciones de hanni y ella. —¿Es cierto?

—Bueno... —Niki miró a ambos lados, posicionando sus brazos cruzados en el material de madera —ella lo confesó sin querer. 

—¿Entonces por qué sigues tan pegado?

Niki se encogió de hombros —Como te dije al comienzo, tenemos mucho en común. Al principio si tenía planes de invitarla a salir, pero quería hacerlo cuando estuviera seguro de que ella a mí me gustaba más que parecerme linda. —explicó —al final, me di cuenta que era alguien mejor mantener de amiga, porque, no iba a enfrentarme al obvio rechazo que ella me daría "agradablemente". También significaría que se alejara de mí. Así que, le dije que tú podrías gustarme de alguna u otra forma, y que también le ayudaría a conquistar a Danielle.

—P-pero, yo los vi abrazados —habló atónito el mayor, con sus ojos abiertos como platos. —¿a qué se debió eso?

—Ella estaba un poco triste así que solo quería consolarla, ¿de acuerdo? —dijo un poco cansado.

Jungwon asintió, sin quererlo molestar más. Jugó con su comida un rato, y luego recordó. "Así que le dije que tú podrías gustarme, de alguna u otra forma" sus mejillas se sonrojaron.

 —así que... —tragó despacio. —¿saldrías conmigo si te lo propongo? 

—claro —sonrió. —Solo debes decir cuando quieres hacerlo.

El castaño bajito sonrió con sus mejillas sonrojadas. Esperaba que Danielle tuviera la misma suerte respecto al tema. 


haerin's mind | daerin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora