let's do it together 1

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Era viernes por la tarde al fin. Danielle suspiró mientras se acomodaba en el pequeño sofá del cuarto de Haerin, viendo como el pequeño gato gordo y gris trata de no cruzar sus extremidades con ella.

—Oh, príncipe. ¿Tanto te molesto? —sonrió, imitando sus movimientos y tratándolo de gato asustadizo junto algunos movimientos bruscos para el gato. —¡pues tú me caes peor de mal!

Haerin soltó una risa en el baño. Había estado arreglándose desde que llegó a su hogar para poder ir un poco más acorde a las amigas de Danielle en el tema del maquillaje, pues, su ropa no se comparaba con la que usaban ellas normalmente. Ella... usaba todo en tonalidades pasteles y estampados de gato, mientras Dani y Minji lucían el estereotipo girl crush. Percibió unos pasos llegando a su habitación. La australiana de había recargado sobre el marco de la puerta. —¿Para qué te maquillas? estás linda así.

—No quiero quedarme atrás con el maquillaje. —se apuró a hacer su delineado, fallando en varios intentos. —Mi mano está temblando del nerviosismo, maldición.

Danielle rió, habiendo escuchado por primera vez esa palabra salir de su boca. —Lo haré yo, no te preocupes tanto.

Sostuvo el lápiz de color marrón sobre sus ojos, pasándolo de una forma fina y elegante. Los ojos gatunos de Haerin resaltan más que nunca con aquello, entonces Danialle comienza hurgar entre el bolso de maquillaje que tiene la mamá de la coreana, usando sus sombras marrones para darle un mejor efecto.

—woalá. —dice sonriente, dando la vuelta desde los hombros a Haerin para que se viera frente al espejo.

 —Dani, esto... Es precioso. No podría haberlo logrado por mi cuenta —toca su ojo mínimamente, sin querer que el maquillaje se corra. —tienes unas manos milagrosas, aunque no es de esperar —soltó una risa. —siempre luces linda sin importar que estilo de maquillaje uses.

—Tú eres linda naturalmente, eso es muy envidiable —menciona. —¿sabes cuántas chicas querrían tener los ojos así de grandes naturalmente?

Entre risas, la australiana volvió hacia el sillón puff. Comenzó a investigar la habitación de la castaña con los ojos, arrastrándose con el puff hacía el escritorio de Haerin. Encontró una cesta cuadrada de mimbre con un montón de hojas y pequeños juguetes, sonriendo cuando notó que eran cosas que ella le había regalado antes. Hurgó de ellas viéndolas entre un rostro completamente sorprendido y también soltando risas. Había muchos recuerdos en esa cesta.

habiendo llegado tan al fondo, encontró un pequeño sobre que tenía un corazón en el medio uniéndolo. Leyó la caligrafía de la menor "esto es para ti, ¿quizás algún día pueda dártelo? ¡haerin, recuerda dárselo!" la curiosidad hizo que abriera aquel sobre, pero no pudo examinar más porque la castaña había salido del baño.

—¿Dani? —la llamó. Sus ojos dirigiéndose hacia la cesta, corriendo hacía ella con una risa nerviosa. —¿qué haces con eso?

—Oh, yo —rió, mirando la cesta —solo estaba viendo si era cierto que guardabas las cosas que hacía para ti. —metió todo lo que había sacado hacía la caja de nuevo. —Es bueno saber que no lo haces. 

—Claro que lo hago —sus manos sosteniéndola un tanto temblorosa. —¿viste algo más? 

Danielle dudó en decirle, optando por negar con sus labios unidos en una tímida sonrisa. —Para nada.

—Está bien. ¡dime la próxima vez! me sentí un tanto desnuda porque revises algo de esa manera.

—Lo siento, riri. —abrazó a su mejor amiga. —¿vamos hacía la casa de Minji?

Haerin dudó un poco a último momento. Danielle percibió aquello, tomando su mano. —No estés tan dudosa. Ya estás lista y además de eso ya conoces dos chicos con los cuáles hablar si es que me pierdo en la reunión.

—Tienes razón. Pero, no te alejes mucho, ¿de acuerdo? —pidió la chica con rostro gatuno. Danielle asintió, elevando su dedo meñique. —Puedes cortarme el dedo si no lo cumplo.

 La castaña rió, bajando hacía la escalera con Danielle para esperar a que su padre termine de hacer unos papeleríos para su trabajo y luego llevarlas.

(⊹)

—llámame si lo necesitan —dijo su padre, dándose la vuelta hacía Haerin. —Danielle —llamó hacía la mayor. —Llamé a tus padres para decirles que yo las recogería de vuelta. ¿Está bien? le diré a tu madre que ya llegaron.

—oh, señor Kang —sus manos se unieron en un puño —me ahorró tener que avisarle a mamá millones de cosas.

El mayor rió. —Diviértanse, y nada de chicos o alcohol. Si veo a Haerin media extraña le prohibiré salir contigo. —su dedo índice y medio enfocando sus ojos y luego los de la pelinegra.

—Ya —contestó Haerin entre risas, bajando la mano de su padre —Te avisaré cuando queramos volver. 

Ambas salieron del auto, saludando al papá de Haerin. La misma suspiró, mirando el hogar con un poco de miedo. Danielle tomó su mano. —Estarás bien. Quita esa mueca de horror —rió. —happy smile!

Haerin asintió, sus comisuras curvándose. —De acuerdo. 

Danielle tomó su mano y se acercó hacía la puerta, golpeando un poco fuerte por la música que comenzaba a subir de volumen. Oyó un largo "ya voy", siendo de la conocida vietnamita. Ésta tenía su cabello suelto y su flequillo recién cortado, sonriendo hacía danielle, y luego su mueca poniéndose un tanto seria al ver a la castaña. —hey —volvió a sonreír, abriendo más la puerta para dejarlas pasar. —entren, debe hacer frío a esta hora.


—Gracias —susurró la castaña, pasando antes que Danielle. Hanni le sonrió, mirando a la australiana con sus ojos más abiertos.

—¿cómo hiciste para que ésto ocurriera? —murmuró dándole un golpe con su codo en el brazo. —¿le dijiste que éramos Niki, tú y yo?

—Ella quiso venir —rodó sus ojos. —Sé amable. Es la primera vez que Haerin viene a un lugar de éstos, ¿bien?

hanni levantó sus pulgares. —Fingiré que me cae bien así no me matar por tratar mal a tu novia.

—Que ella no es- —la pelinegra sonrió corriendo hacía la cocina, dejándola a media hablar.

Caminó hasta encontrar a Haerin, en el medio de eso saludando a la gente que había asistido. No era mucha, pero si era lo suficiente para dejar abrumada a la menor. La encontró en una esquina hablando con el japonés, y luego buscó con la mirada a Jungwon, quién la saludó animadamente.

—¿qué ocurrió con nuestro plan? —cuestionó con su ceño fruncido. El castaño soltó una risa, sosteniendo un vaso con gaseosa. 

—Oh, bueno. Resulta qué... A Niki no le gusta más Haerin, entonces no hay mucho de lo que deba preocuparme.

—¿qué? —preguntó. —Espera... ¿estás saliendo con él entonces?

—Algo así —se encogió de hombros. —Solo te toca a ti. ¿Qué esperas con Haerin?

—Yo no espero nada... ugh. Nos vemos después. —se separó del chico, volviendo a su camino que se constaba de encontrar a Haerin. Viéndola del lado de Niki, sonrió más animada. No tendría que preocuparse por las acciones del adverso, así que la abrazó por detrás. —¿Quieres que te traiga algo? 

—Nada aún —contestó risueña la castaña. —¿crees que pueda lograr amigar con más gente en la fiesta?

—Te ayudaré —animó Niki. Danielle dirigió una mirada hacía él, casi como si dijera con la mirada que no era necesaria tanta ayuda, pero por el bien de Haerin, la empujó suavemente con él.

—Haz muchos amigos. Estaré a tu lado para presentarte a todos ellos. 


haerin's mind | daerin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora