Capitulo IX ― Tormenta y calma, ¿O calma y tormenta?

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Habías dedicado gran parte de tu mañana en arreglarte y no parabas de darte detalladas miradas en el espejo para asegurarte de que todo estuviese en orden, habías dormido cuatro horas porque te habías levantado demasiado temprano y ahora te quedaban unos 40 minutos de sobra antes de ponerse en marcha, el vestido que te trajo padre había quedado hermoso y era exactamente de tus medidas, definitivamente hubiesen habido problemas si subías unos kilitos más, usabas la misma talla desde tus 15 años y no podías dejar que eso cambiase.

Tu celular vibró y como esperabas, era un mensaje de Shang, "¡Suerte hoy, mi Almendrita<3! Todo saldrá bien, estaré atento al celular por si necesitas hablar, hoy el día en la universidad será triste sin ti :(, en fin! Recuerda, eres perfecta, relájate." Efectivamente sentiste algo más de tranquilidad con su mensaje y cuando ibas a responder, una llamada interrumpió tu chat entre tu y Shang, era Hobie.

― ¿Por qué llamas? ―Dijiste tosca, no podías evitar sonreír pero eso no era posible que el contrario lo descubriera, por lo que te limitaste a fingir desinterés en tu voz.

― Primero, sí buenos días y dormí muy bien, que considerada eres al preguntar, corazón. ― Dijo divertido por tu repentino mal contestar pero eso no era un problema para él. ― ¿Qué haces?

― Nada que pueda importarte pero muy ocupada, tienes suerte de llamarte en mis últimos minutos de tiempo libre. ― Caminaste hasta el espejo nuevamente y te quedaste mirando tu vestido una vez más.

― Ya veo, olvidaba que nuestra Almendra estudiante de derecho era una chica muy ocupada, aunque no me creas también usando mis minutos libres en ti.

― ¿En mi? Que afortunada soy de ser la elegida entre todas esas chicas, pensé que eras de usar tu tiempo libre en acostarte con alguna mujer, veo que has progresado, me alegro mucho Hobart.

― ¿De nuevo con eso? Bien, tú mejor que cualquiera sabes que unos minutos no son suficientes para mi. ― Un gran rubor se apoderó de tu rostro y casi dejas caer el celular del mero asombro ante sus palabras.

― Eres un pervertido. ― Sólo dijiste eso antes de dejarte caer en la cama no sin antes asegurarte de ver la hora, 15 minutos.

― Adoras que lo sea, princesa. ― Ahí estaban de nuevo esas mariposas en tu estómago, no entendías cómo podía ser posible que a tu edad fueses capaz de desconocer por completo a causa de un chico, creías tener el control siempre.

Ese era el problema, se esforzaban en mantener todo en orden y ser perfecta, a los ojos del resto eras la chica perfecta que no se le podía ni imaginar cometer un error, y eso era un hecho hasta con Shang, él te hacía sentir que todo estaba bien y te ayudaba en mantener las cosas como estaban, pero Hobie, ese hombre sólo sabía arruinar todas las cosas, desmoronaba toda imagen falsa que esforzaban en dar y sabía cómo volverte imperfecta, eso era lo que te gustaba de él, te gustaba ser un desastre y que él fuese el que lo provoque.

― Cuando termines lo que sea que tengas que hacer, pasate por casa, no va a estar mi papá. ― Dijiste bajando considerablemente la voz para no correr el riesgo de ser escuchada, y no eras lo suficientemente atrevida para decirlo fuerte para Hobie de todos modos.

― Ahí estaré, me encantaría seguir escuchando esa dulcecita voz pero ya debo irme, que te vaya bien en lo que tengas que hacer también, nos vemos a la noche. ― Dijo seguido a un sonido que al parecer trataba de un beso, reíste por ello y te adelantaste en cortar tu primero, no te despediste y no era necesario, se verían esa misma noche de igual manera.


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Smooth Operator ─ 𝐻𝑜𝑏𝑖𝑒 𝐵𝑟𝑜𝑤𝑛Donde viven las historias. Descúbrelo ahora