Smooth Operator ─ 𝐻𝑜𝑏𝑖𝑒 𝐵𝑟𝑜𝑤𝑛

Capitulo X ― No llegar a casa

Luego de una intensa charla y uno que otro beso, decidieron recostarse en el césped para tomar un pequeño descanso de todas las intensas emociones que se sentían a flor de piel, no sabías exactamente la hora pero no estabas en posición de preocuparte por eso ahora y cuando tu leve preocupación de lo que iba a pasar con tu padre si llegabas a esas horas se asomaba, inmediatamente tu mente te llevaba al recuerdo de cómo fue que te dejó ahí en un estado vulnerable y expuesta al peligro, tu padre no era prioridad en ese momento.

― Entonces, ¿Kanye o Taylor? ― Tenías la barbilla recargada en el pecho de Hobie y una mirada de asombro se dejó ver en cada una de tus expresiones.

― ¿En serio me estas preguntando eso? ― Ahora apoyaste tus codos en el pecho del chico y te levantaste un poco para quedarte viendo algo atónita por su pregunta, pero parecía hablar totalmente en serio, por lo que decidiste responder. ― Mh... ¿Kanye? Supongo, me gusta su música, aparte, siento que es tan raro que llega a rozar lo gracioso.

― ¡Almendra! Es una mala persona, ha hecho tantas cosas en su carrera musical y creo que una de las peores fue la que le hizo a Taylor, no me esperaba eso de ti. ― Se veía ofendido por tu respuesta y una risa ronca se escapó de tus labios, no podías ni creer que estuviesen hablando de eso.

― No me digas que te gusta Taylor. ―Su silencio respondió por sí solo. ― ¡Hobie! Dios mio, no puedo creer que alguien con tus pintas sea fan de Taylor y peor aún, que odie a Kanye, me podrías decir que tienes un tatuaje de él y yo te creería.

― Disculpame pero yo debería ser el sorprendido, una chica tan dulce como tu tiene toda la pinta de ser Swiftie, de que relacionas todo lo que te pasa a una de sus canciones y que te la pasas llorando con el álbum de "Folklore", pero quien diría que terminarías siendo una fan de ese hombre.

― ¿Realmente estamos teniendo esta conversación? ― No recordabas la última vez que habías estado tan tranquila charlando con el chico y sólo compartiendo distintas preguntas para conocerse mejor, si no te equivocabas llevaban ya un par de horas sólo conversando y tocando temas tan simples como ese, notaste como el celular de Hobie sonaba y sonaba pero él sólo lo apagó, se había mostrado su lista de contactos hace un rato como evidencia de que no habían rastros de alguna chica y que las llamadas sólo se trataban de su banda que querían saber dónde estaba y donde te habían dejado, pero ninguno de los dos se quería hacer cargo de nada de lo que había pasado hace unas horas.

― ¿Y si vamos a mi departamento? Es bastante pequeño y sin duda no está para nada preparado para recibir a una chica pero está comenzando a hacer frío, y dudo que quieras andar afuera con ese vestido en estas temperaturas. ― Ahora él tomó asiento y busco tu mirada hasta encontrarla, tenía una expresión algo suplicante y eso hizo que dudaras un poco, sabías que en algún momento tenías que volver a casa y quizás no era la mejor idea desaparecer por más rato.

― No lo sé, sabes que mi padre debe estar como loco intentando contactarse conmigo y todo eso, debería irme a casa y ya luego ver cuando podríamos vernos de nuevo. ― Te sentías mal rechazando su petición y fue peor aún cuando notaste la mirada de cachorro triste en él, aparte de que había comenzado a acariciar tu cabello, estabas a nada de caer.

― Dime que sí, sólo será un rato y si deseas después te voy a dejar yo a la puerta de tu casa... Bueno, a la esquina mejor dicho, no creo que sea buena idea pasar muy cerca pero vamos, unas horas no le harán daño a nadie, ¿Sí, bebé? ― Tomó tu mejilla para que no tuvieses otra alternativa que verlo a los ojos, tenía una traviesa sonrisa plasmada en su rostro y las yemas de sus dedos estaban calientes o quizás sólo eras tú que estabas congelada, pero no fue mucho rato más antes de que finalmente cayeras.

― Sólo una hora, nada más. ― Dijiste aparentando que no te morías de emoción por conocer el departamento del chico y de que no esperabas un segundo más en compartir otro rato más con él, por el contrario, te mostraste ruda y quisiste verte difícil de convencer.