Los Santoro's

Flavio y Karina pte1

Karina Bravo

Marzo 2025

Ciudad Monopoli

—Karina—el llamado de mi madre me hace alzar la mirada—. Tu padre quiere que vayas a su oficina

Asiento con extrañeza y me coloco de pie, salgo de la sala bajo la mirada de mi madre.

Camino por el pasillo de una de las alas de la mansión y llegó hasta la puerta del despacho de mi padre. Tocó avisando de mi llegada.

—Adelante

Entro a la oficina y miro a mi padre que estaba tras su escritorio bebiendo una copa de Whisky mientras fumaba un cigarrillo.

—Madre dijo que me llamabas—lo miro

—Asi es—asiente y deja salir humo de su boca—. Te he encontrado esposo

Me sorprendo por aquello y me invade un poco la preocupación. Era joven aún, apenas tenía 23 años, pero estaba sorprendida por el hecho que mi padre  me haya encontrado esposo. Mayoritariamente los hombres elegían a jóvenes de 18 a 20 años, la mayoría de las mujeres que no están elegidas a esas edades quedaban solteras en la sociedad o eran entregadas a los viudos con hijos para que terminarán de encargarse de los niños.

—¿Quien?—pregunto

—Flavio Santoro, el Consigliere de la Mafia Siciliana—comunica

Trago grueso mientras miraba a mi padre. Había oído como eran los hermanos Santoro, todos despiadados, torturadores y muy respetados por sus crímenes en la mafia.

—Sera mejor que seas una buena esposa para Flavio porque eres la paga de un mal negocio

Era claro que Flavio no me había pedido, estaba siendo entregada a él en forma de pago de uno de los tantos errores de mi padre y me lo venía venir de su parte. Siempre trato de deshacerse de mi como lo hizo con mis otras dos hermanas.

Mi padre nunca tuvo un heredero como el deseaba. Solo tuvo tres mujeres las cuales nunca le interesó en lo más mínimo. Fui una desilusión más cuando no fui el sexo que el anhelaba y mi madre nunca más logro quedar embarazada haciendo que el linaje de mi padre llegué hasta nosotras simplemente.

Uno de mis primos sería quien tomaría su lugar cuando el se retire definitivamente, cosa que a mi padre no le agradaba en lo más mínimo.

—Mañana por la noche, vendrá tu prometido a cenar con la familia y será mejor que te comportes—avisa padre

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Positano, Residencia Santoro

Flavio Santoro

—¿Por que no lo matas y ya?—pregunto mirando a mi hermano

—Es uno de los soldados más leales que tenemos Flavio, no lo mataré solo porque cometió un error. Si hubiera sido traición lo hago sin dudar, pero en este caso no puedo hacerlo—responde—. Además ya es hora que te cases y decidas hacer tu vida.

—Perdon por no conseguir esposa, es que yo no comparto sus fetiches de secuestrar mujeres y follarlas—me defiendo

Luca solo me da una mala mirada mientras que Alessio rodaba sus ojos.

—Mañana tu y yo viajaremos a Monopoli para cenar con tu prometida y su familia—avisa Hades

—¿Cuántos años tiene al menos?

—Veintitres—responde Hades

—Al menos no tiene dieciocho como fueron las demas—murmuro

—Emma tenía veinte así que no jodas—me señala Alessio