Universo alterno

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Este es un extra de lo que hubiera pasado si Adara no hubiera aceptado seguir siendo la esposa de Hades al finalizar el viaje que tuvieron.

Adara Santoro.

Habíamos dormido casi toda la tarde, aprovechando descansar el último día que nos quedaba aqui en la isla, no deseaba irme pero sabía que Hades tenía obligaciones en Italia y comí Capo debía ir atenderlas.

Descansar me hizo muy bien, el dolor de mis caderas y piernas había disminuido que apenas había notado su dolor, pero aun mi sexo estaba delicado, lo note cuando Hades me dio un oral en la ducha luego de levantarnos. Según el había recompensado que anoche no me pude correr por mi dolor, pero sinceramente no me importo mucho aquello ya que antes de que finalmente el me penetrara me había corrido tres veces con sus puras caricias.

—no me quiero ir—hago un puchero

—volveremos algún día—me asegura

—me acostumbre a tu atención—murmuro—cuando estemos en Italia ya no la tendré

—si que la tendrás, eres mi esposa.

—pero eres Capo

—lo se—guarda una camiseta

—debes estar enfocado en la Mafia

—bueno, si me hicieran elegir entre tu y la Mafia, te elegiría a ti

—eso es traición—susurro

—traicionaria a mi propio clan por ti—admite

Sonrió mientras que Hades terminaba de empacar sus cosas. Mi equipaje ya estaba listo y estaba esperando a que Hades acabara para asi poder ir a cenar antes de irnos a la pista donde nos esperaba el Jet privado.

Al salir de la habitación luego de asegurarnos que todo estaba en las maletas, empezamos a caminar al restaurante del hotel para poder cenar, la noche empezaba a caer en la isla dejando un ambiente fresco.

Hades pidió una mesa a la vista del mar y nos guiaron a ella, nos acomodamos y nos trajeron la carta. Elegí un plato de spaguetti con salsa boloñesa, mientras que Hades elegía carne al horno con patatas a la crema. Nos sirvieron vino tinto y luego nos dejaron a solas.

—hemos llegado al final del viaje—dice Hades y asiento lentamente—¿que has decidido finalmente?

Miro a Hades y luego mi copa de vino, sabía mi decisión claramente.

—Yo... Yo no puedo con esto—admito y Hades solo me mira fijamente—. Está no es la vida que quise.

—Entonces, ¿No confías en mí?

—Confio, creo que lo hago, pero no quiero esto. Yo deseo libertad y eso es algo que nunca obtendre a tu lado.

Hades le da un sorbo a su vaso de alcohol y relame sus labios.

—Bien, no puedo obligarte a tenerte a mi lado, así que cumpliré con lo que te prometí a pesar de que no lo desee.

—Gracias—le sonrió—. Y lo siento enserio, pero no puedo. Simplemente no es la vida que desee si no la que me han obligado a tener.

Hades asiente mientras que un silencio algo incómodo se instalaba entre nosotros.

••••••••••••

Salgo del baño del avión y me pillo con Hades frente a mi. Impide que siga mi camino y siento su mano ubicarse en la curva de mi cintura. Respiro profundamente.

—Hades

—¿Mhm?

—Debes de alejarte, está mal

Los Santoro'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora