Universo alterno

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Hola había comentado que había una idea sobre como podía haber sido el inicio del libro siendo todo lo contrario a lo que leyeron. Aquí les dejo un poquito.

Adara Vlasova

Muerdo el interior de mi mejilla cuando la fuerte cachetada que recibí por parte de Leonardo me hace medio girar el rostro. Evito soltar algún sollozo si no esto acabaría peor de lo que ya era.

Mi labio inferior tiembla mientras que mis ojos se vuelven llorosos, pero me mantuve firme para que no me diera una nueva paliza, mi cuerpo no aguantaría otra.

—Eres una inútil—escupe con furia—. ¡Ni siquiera eres capaz de concebir un hijo mío!—jala mi cabello y gemi del dolor—¡Seis meses y aún no estás embarazada!—jala con más fuerza

—Lo siento—susurro

—¡Eres una escoria!—me da una nueva bofetada—. ¡No sirves para nada, ni siquiera sabes atenderme en la cama. Maldita perra!

Me empuja y me tambaleó mientras que mis lágrimas caían por mis mejillas.

—Vete antes que te de una maldita paliza—me advierte

Abandono rápidamente la sala y subo hasta el segundo piso para dirigirme a la habitación. Al estar en ella solté un sollozo mientras me deslizaba por la puerta hasta caer al suelo.

Hace seis meses mi padre me obligó a casarme con Leonardo, el caporegime de la ciudad y un completo abusador. Triplicaba mi edad y tenía una hija que era un año menor que yo. Su ex esposa había muerto hace solo ocho meses atrás.

Desde que pise está casa mi vida se convirtió un infierno, siempre se desquitaba conmigo respecto a lo más mínimo. Sufría por lo menos una paliza a la semana, me golpeaba hasta que finalmente mi cuerpo no daba más y abusaba sexualmente de mi cada vez que tenía la gana.

Estaba agotada de esto, cada día era una tortura la cual no me dejaba en paz. Ansiaba poder deshacerme de él, que le suceda algo y yo poder al fin quedar en paz.

Limpio mis lágrimas y me coloco de pie, camino al tocador y veo en el espejo la marca de la abofetada que me dejó Leonardo. Trago grueso mientras me sentaba frente al tocador y empezaba a poner maquillaje para cubrir el golpe. Nunca sabíamos que podía llegar a la mansión y no podía arriesgarme a qué alguien me viera así.

Mientras esparcía el maquillaje por mi rostro, la puerta de la habitación se abre y entra Leonardo provocando que mis nervios empiecen. Había dos opciones que podía suceder ahora mismo, una paliza o nuevamente tendría que soportar que abusara de mi.

Se acerca hacia el tocador y se coloca tras de mi. Su mirada choca con la mía atraves del espejo y trago grueso.

—Esta noche vendrán a cenar Dmitry junto Sofía, más te vale que te comportes y actúes como una buena esposa si no te daré una paliza que seguro no vas a olvidar—me advierte

—Si—asiento obediente

—Saldre, volveré más tarde, más te vale no hacer nada—toma mi barbilla y apreté mis labios—. Tienes prohibido salir, ¿Está claro?

—Lo está—murmuro—. No te preocupes, me mantendré aquí.

—Mas te vale—me da una última mirada antes de soltarme y abandonar la habitación dejándome sola.

••••••••••••

—¿Cómo has estado?—me pregunta Sofía cuando estamos a solas. Al tener casi la misma edad nos llevabamos muy bien y era la única que entendía lo que era vivir bajo el mismo techo que Leonardo.

Los Santoro'sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora