Involuntariamente arrancados de su amado Imperio por una intrigante diosa élfica, el emperador Karl Franz I y los restos de su maltratada fuerza imperial se encontraron varados en un mundo que aún no había sido tocado por las garras del Caos.
Si bi...
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Kerilian había descrito el Lago de Cristal como algo natural, con palabras que el humano pudiera comprender, pero entonces Jon comprobó que la descripción no hacía justicia a aquel increíble lugar.
Una laguna de riberas rocosas ocupaba el amplio claro del bosque; frente a la turbulenta cascada, de agua tan límpida que su lustrosa superficie parecía la de un espejo, se abría la elegante curva de una playa de pura arena blanca.
El elfo había comparado el salto de agua a las lágrimas de Isha, y aunque Jon solo tenía una vaga idea de cómo era aquella diosa élfica, se dio cuenta de que su sufrimiento tenía que ser supremo para provocar tan impresionante llanto.
Al pie de la cascada, que se precipitaba desde unos bloques rocosos cubiertos de musgo, situados a una altura de unos treinta y cinco metros, se formaba abundante espuma de agua blanca.
El agua se desplomaba en ascendentes nubes y chocaba contra un borde rocoso, afilado como un cuchillo, que volvía a lanzarla al aire violentamente, lo que provocaba múltiples y bellísimos arcos iris que atravesaban el claro del bosque. El sol estaba casi en el cenit y moteaba el suave prado de dulce aroma con una luz aterciopelada; el frío que Jon había sentido en la oscuridad del bosque había desaparecido y la fina neblina inundaba el aire con un agradable frescor.
Silvestres y vívidas flores rojas y amarillas adornaban la linde del claro y lo inundaban de un perfume increíble que apaciguaba el atormentado corazón de Jon, que se sentía embargado por una sensación de tranquilidad inefable.
Aves de brillantes plumajes anidaban en los árboles, y los omnipresentes entes pululaban a gran velocidad entre los troncos y se perseguían unos a otros en los bajíos de la laguna, o bien jugueteaban en la espuma de la cascada.
-"Es increíble... ;,suspiró Jon, empapándose de la sobrenatural belleza del lugar.
"Sí, es bonito "asintió Kerilian, y desmontó con agilidad mientras Jon saltaba de la silla.
"¿Bonito?" Este lugar no puede describirse con esa pobre palabra "comentó Jon, que se hincó de rodillas y se llevó a la cara las manos juntas en actitud suplicante
" Este lugar ..me hace sentir extraño"
Kerilian soltó el caballo, le dio una palmada en la grupa y dejó que corriera a sus anchas por el espléndido prado; el elfo subió de un salto sobre unas rocas no demasiado altas situadas al borde del agua.
"Sólo es un claro del bosque; muy hermoso, sin duda, pero solo es un claro"dijo.
Jon negó con la cabeza, incapaz de comprender por qué Kerilian infravaloraba con tanta ligereza la increíble belleza de aquella maravilla.
