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Vínculos Improbable links unlikely _______
Han transcurrido varios días desde el incidente en la universidad con el chico nuevo que había mostrado un evidente interés en Aera. La tensión en el ambiente parecía haber disminuido, y la normalidad había regresado en la medida de lo posible. En el lugar de trabajo que ambos compartían, el café local, Aera se desempeñaba como cajera, mientras que Jungkook se encontraba detrás de escena, ocupado en su rol en la cocina.
La rutina laboral había logrado llevar a ambos a un espacio donde las interacciones forzadas habían quedado atrás, reemplazadas por una especie de tregua que permitía que la dinámica entre ellos fluyera de manera más natural.
El turno de Aera como cajera estaba en pleno apogeo en el concurrido restaurante. Mientras tomaba el pedido de un cliente, un escalofrío recorrió su espalda cuando sintió la mano de un hombre desagradable rozar la suya de manera incómoda al recibir su bandeja.
Aera tomó una profunda inhalación antes de hablar, manteniendo una sonrisa forzada mientras entregaba el pedido al cliente.
—Aquí tiene su pedido, señor —dijo con cortesía, aunque una sensación incómoda anidaba en el fondo de su mente. Su garganta se apretó y un cosquilleo nervioso recorrió su espalda.
El hombre recibió el pedido con una sonrisa que no logró ocultar su tono insinuante.
—Oh, gracias, preciosa —pronunció con una inflexión que hizo que Aera se sintiera incómoda.—Eres realmente encantadora —agregó, sus palabras llenas de una sugerencia que puso la piel de gallina en los brazos de Aera.
La chica luchó por mantener su compostura, intentando convencerse a sí misma de que sus preocupaciones eran infundadas. Sin embargo, el contacto visual con el hombre le hizo sentir que algo no estaba del todo bien, y deseó estar en cualquier otro lugar que no fuera frente a él.
Jungkook, quien estaba ocupado en la cocina, notó la tensión en el rostro de Aera. Frenó su actividad momentáneamente y observó la situación con atención, frunciendo el ceño al percatarse de lo que estaba ocurriendo.
Aera intentó mantener su voz estable mientras entregaba el pedido al cliente.
—Por favor, disfrute su comida —expresó cortésmente, aunque una ligera tensión se reflejaba en su rostro.
El hombre respondió con una sonrisa que desprendía una condescendencia no deseada.
—Oh, no te preocupes, estoy seguro de que lo haré —comentó, su mirada recorriendo el cuerpo de Aera de pies a cabeza. Aera se sintió invadida y vulnerable en ese momento. A pesar de su incomodidad y de encontrar sus tratos asquerosos, en ese instante se vio limitada por el miedo, incapaz de moverse mucho debido a la sensación de amenaza que experimentaba.
