Capítulo 10: Problemas en el bosque

1.3K 127 17
                                    

El inconveniente suceso en el bosque...

—¡Hambre!

¡AF, LÁRGATE DE UNA VEZ! ¡ARRUINAS EL INICIO!

———

—Hay una cabaña abandonada por aquí cerca, lo sé —decía Bruce a unos pasos más delante que yo.

Hemos estado caminando bajo el oscuro cielo de Lakewood durante horas. Mi primera idea fue llamarle a Everett para que nos recogiera, pero Bruce insistió en entrar a un bosque porque había una cabaña donde podríamos pasar la noche.

De igual forma, mientras Bruce seguía buscando la cabaña en medio del bosque, yo levantaba el móvil para buscar señal.

Quería hablar con Everett. Necesitaba hablar con Everett, decirle que tenía toda la maldita razón y que me llevara con él a Londres tal y como teníamos planeado desde un principio.

—Maldito pueblo sin señal —murmuré con mala cara, y levanté la incrédula mirada para observar a los lados y descubrir que cada vez estábamos más a oscuras—. Bruce, ¿estás segura que es por aquí?

—Por supuesto que sí, pero... —Bruce se detuvo y analizó a su alrededor, frustrada—. Solo déjame orientarme.

—¿Estamos perdidas?

—¡No! —soltó de inmediato—. No, no y no. La cabaña debe estar por aquí... cerca o lejos.

Cerca o lejos. Hice una mueca.

—¡Bruce! —protesté. Bruce siguió avanzando sobre sus largas botas, dejándome atrás—. Oye, no me dejes sola aquí.

Como Bruce continuó caminando no me quedó de otra más que correr para estar a su alcance.

Los minutos pasaron y el cielo pareció nublarse, advirtiendo que pronto llovería. El viento arrasó con sí un frío que erizó toda mi piel. Este bosque no parecía muy seguro y cómodo, y no había rastro de una cabaña por aquí cerca.

Bruce se detuvo de la nada y la oí exhalar con fuerza.

—Vale, sí nos perdimos —dijo, resignada.

—¡¿Pero qué dices?! —inquirí, mirándola con los ojos muy abiertos—. ¡Pues...! ¡Pues regresemos por donde vinimos!

—Estamos perdidas desde hace rato —delató.

De todas formas y porque ser cabezota era parte de mi personalidad, giré sobre mis talones solo para encontrarme con árboles, arbustos y más árboles. Donde sea que viese solo había hojas. Todo en el bosque era similar. Tan similar que aseguraba un camino perdido.

—Vale, sí lo estamos —concluí de forma estúpida.

—Sigamos caminando. Si tenemos suerte encontraremos la cabaña o un lugar donde nos cuide de la lluvia.

—Ni de coña —refunfuñé, y atisbé de arriba abajo un árbol fácil de trepar—. Me subiré ahí y podré coger señal.

Bruce miró el árbol y lo analizó poco convencida. Su ceño exageradamente fruncido me lo había dejado muy claro.

—¿Puedes subir esa cosa? —lo señaló, ceñuda.

—Ya lo he hecho.

—¿Y cómo resultó?

Recordé el divertido escenario de aquella Audrey a la que se le rompió el tronco debajo de ella y acabó cayendo sobre los arbustos solo porque quería contactarse con Everett.

El Secreto de los 5Donde viven las historias. Descúbrelo ahora