Matt fue bien recibido por la servidumbre e incluso su propio padre, el gran señor Garner, que de tanta felicidad organizó una cena en honor a su hijo dentro de dos días. Al tener una bienvenida tan cálida y esplendorosa, llena de tantos abrazos, Matt no pudo evitar derramar una que otra lágrima.
¿Cómo pudo abandonarlos? ¿Cómo pudo hacerlos sufrir con su partida?
—Padre —logró decir después de luchar para recuperar el habla—. Si he regresado, es porque finalmente he dado por muerto mi sueño. Ya comprendo por qué te oponías tanto.
—¡No hablemos de eso ahora, Matt! —dijo su padre—. Sólo diré que la música corre por nuestras venas, y dedicarnos a otra cosa sería como cavar nuestra propia tumba. Me entristece que lo hayas tenido que entender después de haber vivido tantas penurias.
—¡Lo importante es que has regresado! —dijo Greta de forma muy jovial— ¡Mejor mira lo mucho que he progresado en el arpa!
Dicho eso, Greta fue directo a su arpa para tocar la canción que su madre le enseñó antes de partir.Matt y Greta eran hijos del reconocido concertista de piano Mathew Garner y la famosísima solista de arpa Grace (Johnson) Garner. Quienes antes de su matrimonio realizaron giras en los mejores auditorios de Europa, Sudamérica, inclusive de Asia. Su unión no hizo más que crear un mito alrededor de ellos. Estuvieron a la altura de las celebridades de Hollywood. De hecho, Grace Garner llegó a hacer cameo en varias películas cuando se requería una arpista en la escena.
Sí, cada movimiento de la pareja se volvía un artículo en alguna crónica de algún periódico dentro de California. Tanto así que en el nacimiento de su primogénito Matthew William Garner Jr, los periódicos más populares de la época apostaron que el recién nacido sería el mejor de su generación con la serenidad de su madre y la agilidad de su padre... Por desgracia, toda apuesta fue perdida, porque Matt nunca sintió que encajaba en el papel de instrumentista, ni como profesor de música, ni director de orquesta, ni compositor.
Matt intentó quedarse en la música como sus padres, pero él desde niño sentía fascinación hacia los relojes y todo alrededor de la fabricación de estos. De modo que su sueño era crear una marca de relojes.
Nunca tuvo el atrevimiento de desafiar a sus padres. No fue hasta que su madre estaba enferma, que ésta antes de fallecer, le confesó que ella sabía que él no quería seguir el camino de la música, y que siguiera su sueño.
Pero cuando Matt perdió a su madre y planeó llevar su sueño acabo, la Segunda Guerra Mundial tenía casi dos años de haber comenzado, y no parecía tener fin...
Hasta que en una noche de reflexiones, decidió que no podía esperar, ¿Qué tal y lo llamaban para servir? El ser adinerado no le aseguraba la vida. Ahorró, intentó hablar con su padre para hacerlo comprender. Al mirar que no pudo sacar una palabra de motivación de su padre, se marchó antes de seguir dañando el orgullo que lo caracterizaba. No le importó que su padre lo echara de su testamento.
Dejó el pueblo en el que creció, se mudó a Los Ángeles y allí vivió por dos años. Trabajó algún tiempo en la construcción de escenografías para películas hasta que un conocido del medio le consiguió trabajo como entrenador de piano para las estrellas de Hollywood. Ganaba bien y ahorró el dinero para rentar un local y arreglar relojes mientras tanto. Pero la actitud nefasta de las estrellas adoradas lo guió a la renuncia. Creyó vivir de su negocio, pero quebró al poco tiempo.
Presenció el fin de la Guerra, al mismo tiempo que presenció el fin de su sueño.
Un día, su hermana le escribió, rogándole que regresara, que el señor Garner había empeorado de salud y que no quería morir sin arreglar la situación con su hijo.
Matt aceptó regresar, pensando que tal vez, si le daba una segunda oportunidad a la música, ésta vez funcionaría.El día de su cena de bienvenida llegó. Matt desconocía quiénes estaban invitados, pero deducía que se trataban de antiguos compañeros de trabajo de sus padres, junto con sus respectivas familias. Así como también estarían invitados los más adinerados de la zona.
Con la llegada del primer invitado, Matt ya sabía el verdadero motivo de la cena. No era para su bienvenida, si no para darle empleo.
—¿Me recuerdas, Matt? —le preguntó el señor White.
El señor White era director de la Orquesta Sinfónica de San Francisco. También era el admirador número uno del señor Garner y siempre fantaseó con que su hijo trabajara para él en San Francisco .
—Tu padre me ha dicho que fuiste a probar suerte a Los Ángeles como profesor de celebridades vacías que se creen el centro del universo. No fue de extrañar, que con tu orgullo que no dejas que pisoteen, hayas tenido un altercado. Hiciste bien, Matt, porque gracias al estatus de estrellas que tus padres crearon, tú también estás al nivel de cualquier famoso.
El señor Garner les ofreció champaña y que tomaran asiento mientras llegaban los demás invitados. Matt definitivamente se sentía en una trampa hecha por su padre.
—¿Sabes que estás de suerte, Matt? Mi pianista acaba de retirarse y necesito urgentemente un remplazo. Pero no puedo escoger a cualquiera. Ninguno de los que ha audicionado ha dado la talla. Pero tú, con tu don heredado por tu padre, sé que eres el indicado. Confío en que aprenderás todo y te adaptarás más rápido de lo que piensas.
—¿Cómo son los instrumentistas de la Orquesta? —preguntó Matt— Espero que estén a la altura de recibirme como pianista. No me gusta cuando son inferiores a mí y admiran cualquier movimiento que hago.
—Nada de eso. Estás hablando de la Orquesta Sinfónica de San Francisco. Todos están casi a tu nivel. Sé que antes de la Guerra estudiaste en Londres y te presentaste con los jóvenes prodigios europeos, pero el talento americano no le debe nada al europeo. Siempre he sabido que tu presencia elevará a la Orquesta, porque desde que tu padre formó parte de ella, nadie ha vuelto a destacar como él. Ahora que tu padre se ha marchado a recibir a otros invitados déjame decirte algo confidencial —bajó la voz—. Todos sabemos de la salud tan delicada de tu padre, y he pensado en hacerle un Concierto que sea su homenaje en vida, ¡Y quién será el mejor pianista si no es su propio hijo! Imagina la dicha de tu padre. Incluso he conseguido un espacio para que lo transmitan por televisión el día de noche buena. Pero nada de esto se llevará a cabo si su propio hijo no acepta unirse.
Matt nunca tuvo planes de trabajar en San Francisco. No quería que los que conocieron a su padre lo compararan con él. Pero, no podía evitar pensar en que su padre se marcharía de este mundo y él no había logrado nada destacable en su carrera. Por esto quería regresar a Londres.
—Señor White —terminó diciendo—. Mis planes eran visitar a mi padre y asegurarme que estuviera bien antes de partir a Londres. Usted debe comprender que soy un snob en cuanto a música y la música americana peca de sosa. Pero... Supongo que puedo posponer mi viaje para realizar su dichoso homenaje. Después de todo, mi padre lo merece.
—¡No pudiste haber elegido mejor! Después de la cena, empaca tu equipaje, porque mañana partimos a San Francisco.
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La Sinfonía de tus ojos
FanfictionMathew William Garner Jr. es hijo de un gran pianista. Luego de negarse a seguir el camino de la música como su familia, fue desheredado en medio de la Segunda Guerra Mundial. A los dos años, después de haber vivido en la pobreza, se rinde y regresa...