Capítulo 20

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Advertencias: omegaverse, fluff y angst mezclado. Fuma!Alfa xNicholas!Alfa x Kei!Omega.

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Porque dentro de esta oscuridad. Tú brillas tan intensamente…

Kei sorbió su nariz, usando un papel higiénico para espantar la cantidad de lágrimas que no dejaban de salir de sus ojos. Como ruido de fondo, mientras miraba por la ventana, no dejaba de escuchar las maldiciones de Maki.

—… bastardos, ratas apestosas, esos jodidos idiotas sin cerebro, imbéciles de primera, basuras malnacidas…

Maki conocía una cantidad impresionante de insultos, pensó Kei con los ojos hinchados.

—Bebé —dijo Harua, a un lado de Maki y con una cara evidente de ira—, no creo que lo que Kei necesite sea escucharte maldecir una hora entera.

Su amigo soltó un resoplido, pero pareció darle la razón a Harua, volviendo a enfocarse a sí mismo a través de la cámara del celular. Kei no había querido hacer esa vídeo llamada en un inicio, pero ahora, viendo el rostro de sus amigos, supo que era lo mejor. Si bien no dejaba de llorar por lo ocurrido, escuchar la voz de Maki le sirvió como un consuelo ligero.

—Tienes razón, por primera vez en la vida —dijo Maki, causando la indignación de Harua y suaves risas en Kei—. Ay, bebé, ¡quiero estar a tu lado! Darte un fuerte abrazo y hacerte saber lo importante que eres para mí…

—Nosotros —corrigió Harua.

—… y también hacerte saber lo valioso que eres —continuó Maki, como si no hubiera oído a Harua—. Lo que esos alfas hicieron… ¡se merecen algo horrible! Como que… ¡Como que Harua y Taki los acorralen para golpearlos! —miró a su novio, que se sobresaltó ante sus palabras—. ¡Ya sabes lo que debes hacer!

Harua se veía realmente espantado por sus palabras. Kei sonó su nariz, limpiando más lágrimas que soltó, pero un poco más calmado al escuchar lo que le dijo. No sobre golpearlos, aunque sí haciéndole saber que era él para ellos.

Habían pasado tres días desde que se marchó de Tokio y se fue a Hiroshima junto a su padre y hermano. Estuvo muy temeroso de llegar a la casa de su papá, sin embargo, cuando entró, Akira les esperaba y, para su sorpresa, le dio un abrazo fuerte que le provocó nuevo llanto. Ella sólo le apretó un poco más, sin decir nada, y eso fue suficiente para él.

Akira le había dado su espacio, sin presionarlo a hablar y, mucho más importante, sólo haciéndole saber que estaba allí.

—No es necesario, Maki, además, no quiero que Taki lo sepa todavía… —suspiró Kei, acariciando la cabecita de Toru, que estaba sobre su cama echado—. Ya estoy… ya estoy algo mejor.

Una pequeña mentira, pero no quería seguir preocupando a Maki. Era una gran mamá gallina si se lo proponía, en especial en lo que a él se refería.          
  
—Quiero verte —dijo Maki ahora, algo lastimero—, te fuiste tan rápido, Keigie, ¡ni siquiera pudimos despedirnos! —ahora se notaba que iba a llorar, y eso sería un desastre—. Queríamos mostrarte nuestra futura casita con Harua, y para su cumpleaños… ¿vas a venir? ¿O para nuestra boda?

—Maki, no te preocupes —se apresuró en decir Kei, viendo a un Harua preocupado abrazando a Maki para consolarlo—, claro que iré. Que esté aquí no significa que nuestra amistad termine.

—¡Pero conocerás a otros amigos! —sollozó Maki, y Harua le hizo un gesto de que era mejor cambiar de tema.

—Volveré —dijo con rapidez—, y te presentaré a mi hermano mayor, te lo prometo.

Monocromía [Nicholas, Fuma, K]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora