Capítulo 24

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Advertencias: omegaverse, fluff y angst mezclado. Fuma!Alfa x Nicholas!Alfa x Kei!Omega

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Por despertarme de ser sofocado. Por despertarme de mi sueño, que era en todo en lo que vivía…

Ellos declararon estar enamorados de él. Se lo dijeron no una vez, sino que varias veces, pero Kei lo seguía sintiendo como si hubiera sido un sueño. Escuchar esas palabras, que jamás pensó que vendrían de ellos, volcó su mundo por completo, y no podía dejar de oírlo en su cabeza.

Por lo mismo, parpadeó al darse cuenta de que estaba en la puerta de su casa. Trató de hacer memoria y entender cómo llegó allí. Quizás tomó el bus y luego caminó, o pidió un taxi, o un Uber, o qué mierda, pero estaba en su casa y sólo pensaba en Fuma y Nicholas.

En los ojos pequeños de Fuma, que cuando sonreía, se transformaban en medias lunas y gritaba que no podía ver, así que no lo hicieran reír. En la sonrisa de Nicholas, tan particular y atractiva, y esa voz grave que le provocaba escalofríos. En las manos de ambos, que le sostuvieron con tanta firmeza, que él era capaz de soltar esa carga de sus hombros y relajarse con ellos. En sus aromas, amando la manera en que lo rodeaban y hacían sentir protegido.

Ellos querían ser sus alfas. Lo habían dicho con expresiones serias, sin lugar a duda. Se lo habían ofrecido, ¿no es así? “Te queremos tanto que deseamos ser tus dos alfas”. Kei no podía creerlo todavía.

Metió la llave en la puerta y entró en silencio, todavía con un poco de shock en su mente. Ni siquiera tomó en cuenta a Toru, que apareció con entusiasmo y se lanzó sobre su pecho. Kei sólo le acarició las orejas, distraído, y escuchó el saludo de Akira desde la cocina. Se lo devolvió y fue hacia las escaleras, pero cuando llegó a mitad de ellas, observó a Jo mirándole desde el rellano.

―¿Dónde estabas? ―preguntó enseguida Jo―. No contestaste mis mensajes, Keigie.

Kei miró a Jo sin expresión en su rostro. Sabía lo que iba a pasar apenas le contara qué había hecho, y si era sincero, el omega no tenía fuerzas para lidiar con él. Quería encerrarse en su cuarto y seguir procesando todo lo ocurrido.

―Estaba ocupado, Jo  ―dijo con suavidad―, haciendo una tarea con Nana.

Jo lo miró con el ceño fruncido, como si quisiera descubrir la mentira en su rostro y voz. Kei trató de no desviar la vista y, sobre todo, no verse culpable, pero supo que falló cuando vio la expresión grave de su hermano mayor.

―Los has visto, ¿cierto? ―preguntó Jo, sin rastro de humor en su cara y los ojos evidentemente enojados―. Sabes que puedo sentir parte de tus emociones y han estado muy alteradas las últimas horas.

Kei no quería hablarlo con él. Por lo mismo, ignoró sus palabras y siguió subiendo las escaleras, con toda la intención de pasar directo a su cuarto. Sin embargo, le sorprendió que Jo le agarrara del brazo con algo de fuerza.

―Estoy hablando contigo, Kei ―le dijo el alfa.

―Yo no quiero hablar contigo ―replicó Kei, sin poder evitarlo.

Eso pareció enojar más a Jo, y Kei sabía que él tampoco estaba siendo demasiado racional. Él entendía que su hermano mayor estuviera preocupado y quisiera protegerlo, pero también le agotaba que fuera tan sobreprotector respecto a ese tema. Kei sentía, en muchas ocasiones, que él tenía que resolverlo solo, sin ayuda de otros, porque al fin y al cabo, eran sus sentimientos. Y Akira también se lo dijo: nuestros omegas saben lo que quieren, y sería más doloroso para nosotros luchar contra eso. Kei sabía muy bien lo que su omega deseaba.

Monocromía [Nicholas, Fuma, K]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora