Capítulo 25

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Advertencias: omegaverse, fluff y angst mezclado. Fuma!Alfa x Nicholas!Alfa x Kei!Omega

Cuando pienso en ti, el sol sale. Así que dejé de lado toda la tristeza…

Jo lo iba a matar. Kei tenía claro eso.

Como había ocurrido una semana atrás, estaba regresando a casa con la cabeza ida y los pensamientos confusos, sin entender del todo lo que le acababan de pedir esos dos alfas que le rompieron el corazón un mes atrás. La petición que ellos le hicieron se repetía en su cabeza, y la respuesta que les dio.

Queremos cortejarte sin compromiso, Kei.

Si luego de… de unos meses te das cuenta de que ya no nos quieres, entonces nos lo puedes decir y te dejaremos en paz.

No que vuelvas con nosotros, pero que nos des la oportunidad de… de demostrarte que te amamos. Que queremos estar contigo y te amamos.

Cada palabra se repetía una y otra y otra vez en su cabeza. Kei ni siquiera sabía cómo podía ir a su casa sin colapsar por completo, porque escuchar esa petición, ese ruego que le hicieron, hizo que su corazón se estrujara en algo que no sabía reconocer bien. ¿Dolor? ¿Ansiedad? ¿Amor?

Y él les había dicho… Les dijo…

―Sin compromiso ―repitió, con el desconcierto pintando su voz―. ¿Están… están seguros?

―Muy seguros, K ―Nicholas y Fuma estaban serios mientras el primero hablaba―. Si esta es la única forma de que nos dejes demostrarte lo mucho que te queremos, entonces la aceptaremos con una sonrisa en la cara.

Kei sólo los podía observar y fue su omega quién habló. Fue su omega quién tomó las riendas del momento, porque él no podía siquiera pensar en una respuesta clara.

―Está bien ―dijo, y su voz salió temblorosa. Ellos lo miraron unos segundos en silencio, sorprendidos por la respuesta, y cuando la procesaron, comenzaron a sonreír―. Pero no… no quiero presiones. Sin presiones.

―Claro ―Fuma contestó con rapidez―. Aunque ¿podemos hacerte regalos? ¿Venir a verte? ¿Ir a buscarte al colegio?

―¿Eso no es mucho? ―preguntó, aturdido y desconcertado.

―Es lo que te mereces ―dijo Nicholas―. Por favor… Déjanos hacerlo, aunque si no quieres…

El omega, de pronto, deseó ser lo suficientemente valiente como para ponerse de pie e inclinarse hacia ellos, y así darles un beso en la mejilla o la boca. De pronto, quería abrazarlos y hundirse en sus aromas, por muy estúpido que sonara, y fue que se dio cuenta de que, a pesar de todo, nunca dejó de quererlos. Él todavía los quería, y a pesar de que no deseaba arriesgarse como hizo antes, una parte suya se encontraba muy tentada de darles una segunda oportunidad.

Sin embargo, otra parte todavía quería probarlos un poco. ¿Realmente estaban dispuestos a todo por él? Eso Kei tenía que verlo. ¿Y qué mejor que quisieran arriesgarse a cortejarlo sin compromiso? Al final, Kei aceptaría todos esos regalos y puede que, al final, no decidiera quedarse con ellos. ¿No era un plan perfecto?

Ahora, el verdadero problema era otro: Jo iba a pegar el grito al cielo. Kei ya lo estaba anticipando, y lo peor es que no sería sólo él, sino también su padre. Los dos iban a enloquecer cuando les contara lo que había hecho.

No es como si le fastidiara que se preocuparan por él, o los acusara de ser sobreprotectores. Después de todo… Ellos fueron lo que vieron el estado en que quedó. Ellos lo sostuvieron cuando se enteró de toda la verdad, cuando se derrumbó y su corazón se rompió de una manera que nunca imaginó posible. Ellos lo contuvieron. Y era evidente que se llenaron de rencor hacia Fuma y Nicholas, y ese rencor no iba a desaparecer tan fácilmente. Él mismo sentía todavía un poco de resentimiento hacia ellos, y por eso mismo quería ver hasta donde eran capaces de llegar.

Monocromía [Nicholas, Fuma, K]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora