Capítulo 2.2. El hombre de cabello castaño

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La tutela de Hazuki fue bastante estricta; por lo general venía cada dos días.

-Bueno, no encorves la espalda así. Concéntrate en tratar de no hacer que tu cuerpo se vea más pequeño.

Siguiendo su sugerencia, Miyo inmediatamente estiró su espalda. Echó los hombros ligeramente hacia atrás para tratar de hinchar el pecho, luego practicó caminar arriba y abajo por los pasillos de la casa, teniendo cuidado de mantener su postura.

Miyo siempre fue propensa a agachar la cabeza, y se apresuró a mirar al suelo. Cuando lo hacía, su cuerpo se doblaba naturalmente con él, lo que le daba una impresión sombría y melancólica en general.

-Una fiesta es un lugar para mezclarse. No puedes hacer eso si das la impresión de ser oscuro y lúgubre para quienquiera que hables. Primero, necesitamos cambiar esa postura tuya. Para ser honesto, simplemente grita 'falta de confianza'.

-De acuerdo. 

Miyo le había pedido a Hazuki que arreglara un espejo de cuerpo entero para ella, para que se  instalara en su habitación.

Cada vez que tenía un momento libre, Miyo examinaba su postura en el espejo, siempre comprobando que se estaba comportando como le había indicado Hazuki.

-Cuando estás hablando con alguien, si el tema alguna vez se convierte en algo con lo que no estás familiarizado, simplemente asiente y sonríe. Especialmente si al hombre con el que estás le encanta hablar. La mayoría de las veces, a ellos realmente no les importa, siempre y cuando alguien los escuche. Cuando hagas esto, levanta las comisuras de la boca y entrecierra los ojos un poco. Una sonrisa sutil es más que suficiente.

-¿Como esto?.

-Es demasiado rígido.-respondió Hazuki instantáneamente con su crítica mientras Miyo trató de seguir sus instrucciones.

-Piensa en cuando realmente sonreías. Si haces una expresión antinatural, en realidad podría herir los sentimientos de la persona con la que estés conversando.

-Entiendo. 

Luego, durante otra de sus lecciones...

Se colocaron platos utilizados para la comida occidental, tenedores, cuchillos, cucharas y vasos en su habitual mesa de comedor baja.

-Se supone que nos invitarán a una comida ligera en esta fiesta necesitarás un comprensión mínima de cómo usar los utensilios, ¿de acuerdo?.

Inmediatamente, Hazuki comenzó a enumerar diferentes instrucciones y advertencias.

Miyo necesitaba evitar hacer ruido al usar sus utensilios. Además, tendría que asegurarse de no volcar el vaso por el peso de la bebida que contenía.

-Asegúrate de no tomar alcohol ese día, ¿de acuerdo? Si no estás acostumbrada, estás pidiendo un fracaso.

-Bueno.

Asintiendo, Miyo memorizó todo lo que le dijeron. Hazuki también le enseñó otras cosas.

Desde simples saludos en idiomas extranjeros, hasta técnicas de afrontamiento cuando alguien te arrinconó, hasta métodos para presentarte y las reglas establecidas de conversación cortés. Cada uno estaba lleno de sutiles matices, y aprenderlos todos a la vez fue bastante difícil.

Miyo anotó lo que aprendió en un cuaderno para no olvidarlo. Se aseguró de revisarlo cada vez que tenía un momento libre, recreando las situaciones una y otra vez en su cabeza.

Su tiempo era limitado, aunque Yurie vino a la casa para ayudar, Miyo tampoco podía abandonar por completo sus tareas domésticas.

Durante el día, estudiaba sola así mientras terminaba sus tareas, y una vez que Hazuki pasaba, era hora de seguir con su estricta instrucción. Repasar lo que había aprendido y prepararse para su siguiente lección normalmente ocurría por la noche.

Mi feliz matrimonio / Mi happy Marriage / Watashi no Shiawase na KekkonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora