Victoria Prince

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- Mierda - me levanté asustada - carajo.

Salí de su habitación tan rápido como una bala, no sé en que momento me quede dormida casi encima de ella. Jamás me paso con nadie, ni siquiera con Rodrigo, siempre respeté su estación personal y él, el mío. Pensé que no lograría dormir bien, pero si pude y no solo eso, me gusto dormir con ella, casi no se movió y la que invadió el espacio de la otra fui yo.

Entre a mi habitación y comencé a bañarme, quería dejar de pensar en ella, pero es que esos ojos verdes y esa carita, ¡madre mía! Era más de lo que yo podía tolerar. Solo esperaba que no me lo vuelva a pedir, ya de por sí es muy complicado estar cerca de ella, ahora no sabía como la vería a la cara sin recordar como estuve cuando me levante, solo esperaba que no se haya dado cuenta.

Una vez lista, salí de casa, tendría una reunión importante y tenía que arreglar unos documentos que me hacían falta para la boda civil. Aún no sabía qué haría con Lili una vez estando casada, era consciente que no podía tenerla en la misma casa y ahora menos, mi corazón latía muy rápido cuando estaba con ella; no quería enamorarme, esa chica había tenido muchos días difíciles y no le iba a complicar más la vida, tampoco podia complicármela yo, estaba por cumplir mi compromiso y ella debía mejorar para seguir su vida.

- Buenos días - murmuré llegando a la empresa.

La mayoría respondió y otros solo siguieron su camino, me gané el respeto y apoyo de cada uno de los miembros, pero desde que salió a la luz mi compromiso, la mayoría se molestó; claro Rodrigo, no era el mejor candidato que quería, ni yo tampoco, pero éramos más amigos que algo más, claro, amigos con ciertos beneficios y por mí estaba bien de esa manera.

- Oye Tobías - llamé a mi asistente.

- Dime, ¿qué necesitas?

- Necesito un investigador privado - me miro sorprendido - contáctame con alguno.

- ¿Al fin te diste cuenta de que ese hombre no es lo que parece?

- Sigues con lo mismo - rodé los ojos - búscalo por favor.

Asintió y salió de mi oficina.

Quería investigar más sobre Lili, sus padres estaban muertos, pero debía haber alguien más en que la buscaba, me negaba a pensar que ella no tuviera alguien que la espero cada día de su vida, buscaría a cualquier familiar vivo que tenga.

********

Pase toda la tarde llena de trabajo, leyendo empresas que estaban a punto de quebrar, buscando donde invertir y haciendo crecer más la empresa, para eso había estudiado tanto. Me gasté casi toda mi etapa de fiesta y noviazgos en la universidad, no era más que la chica millonaria obsesionada con tener más dinero, ese era el concepto que tenían de mí en la universidad, claro que no era mentira, pero detrás de todo eso yo solo quería enorgullecer a mi abuelo y que viera que si era capaz de seguir sus pasos y fue lo que hice, demostré que era la unica capacitada para heredar su imperio.

- ¿Por qué no respondes mis llamadas? - esa odiosa interrumpió en mi oficina.

- Aprende a tocar - dije irritada - parece que no tuviste educación.

- Ya - me miro mal - cuando tu amiga se comporta como una perra, no tengo educación.

- ¿Qué pasa Astrid? - ya comenzaba.

- ¿Cuándo me ibas a decir que te casarías? - aquí vamos otra vez - en serio con ¿Rodrigo?

- Si ya lo sabes, ¿a qué vienes?

- Claro a impedir esa boda - se sentó frente a mí - ¿no hay alguien más?

- No - negué - no hay nadie más, y es mejor así, lo conozco de hace años, seremos como amigos que están casados.

Justicia (proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora