Nombre: Nancy
Fecha de nacimiento:30 de agosto de 2001
Edad actual: 22 años
Tiempo en cautiverio: 4 años
Rasgos: piel almendrada, ojos color grises, cabello largo y castaño, peso 47kg y altura 163cm.
Estatus actual:
Nancy se encontró en extrema delgadez cuando fue liberada, se detectó que sufría de anemia por lo que él nutriólogo le preparo una dieta alta en hierro junto con su medicamento para recuperarse físicamente, va a terapia a 4 frecuencias por semana, sufrió mucha violencia durante su cautiverio por lo que les tiene miedo a los hombres también evita todo contacto, cuando se encontró estaba en una casa familiar encadenada a la pared del sótano y con marcas de latigazos y quemaduras en su cuerpo igualmente en su espalda tiene cicatrices extremadamente viejas como nuevas y son profundas.
Al parecer nunca ha estado embarazada por eso sospechamos que, de ahí sus torturas por parte de sus agresores, estaba bajo agresiones de 5 personas en la casa familiar. Actualmente vive en una casa de mujeres y se niega salir de ella al menos que vaya a las terapias o citas médicas.
Relato de Nancy. –
Han pasado 6 meses desde la liberación, pero aun así sigo teniendo pesadillas cuando duermo, a veces me quedo despierta todo lo que puedo, pero al final me quedo dormida y mi tortura empieza.
Recuerdo cada detalle de mis pesadillas siempre son parecidas es de aquel lugar oscuro y húmedo, las gotas caer del piso a la pared, el olor nauseabundo de humedad, mis respiraciones erradicas pero constantes que hacen una melodía bizarra al escucharlas me relajo y así colgada en la pared voy durmiendo poco a poco, cuando estoy a punto de entrar en un sueño profundo escucho los grilletes de la puerta abrirse y el ambiente que se creó de tranquilidad en aquel lugar cambia completamente, como niebla se abre paso desde aquella luz que entra por el umbral hasta donde me encuentro colgada, se cierne la sombra de dos hombres altos y fornidos, por su complexión y su altura se de quienes se trata, en este tiempo los he llago a diferenciar a cada uno de ellos.
Cuando ya se encuentran a poca distancia mía, uno saca de su bolsillo trasero una varilla de electricidad mientras que el otro me suelta las piernas de las cadenas, una vez mis piernas liberadas me baja la ropa interior dejándome completamente expuesta a ellos, como si la tela fuera su impedimento para violarme. En ocasiones pongo resistencia a que me toquen, pero siempre mis esfuerzos son en vano, por alguna razón me encuentro cansada y no me opongo, el hombre con la varilla toca mis muslos internos descargado ahí la energía, retengo mis gritos saliendo de mi boca solo el ruido de pequeñas quejas. Uno de ellos se baja la cremallera de su pantalón y su miembro queda a mi vista erecto completamente para entrar en mí, desde la nuca hasta la punta de mis pies siento mi piel erizarse, tengo pánico de seguir siendo torturada.
Mientras uno me penetra con dureza el otro hombre de vez en cuando me da choques eléctricos con la varilla haciendo dar respingos por el dolor una vez se corre en mi interior ambos hombres cambian su turno y mientras me pone mis senos pegados a la fría pared me penetra por detrás sintiendo sus choques eléctricos en mis glúteos, piernas y espalda.
Cuando por fin los veo salir de lo que llamo mi habitación oscura trato de relajar mi cuerpo de las quemaduras y mejor dirigir mis pensamientos de como seria mi vida al salir de aquí, aunque mi utopía dura poco por que nuevamente veo sobras en aquel umbral, pero ahora son los otros 3 hombres que faltaban, entran, pero en esa ocasión en las manos de uno no lleva la varilla sino lleva el aquel objeto elástico y largo enredado de manera circular, el látigo.
Sacudo mis pensamientos ya es suficiente con tener pesadillas como para que durante el día siga torturándome con eso, en estos días las frecuencias de la terapia bajaron un poco de ser diarias a ser unas cuantas, no siento que haya mejorado quizás ya se cansaron de mí.
Solo salgo de mi habitación para comer, ir al baño o ir a mis terapias, no me gusta platicar con las demás mujeres ni se diga con los hombres, cada que voy al médico siento mis manos sudar y mis piernas temblar, sé que el doctor no me hará daño pero es inevitable pensar que él también es un hombre lobo y podría ser capaz de someterme si lo quisiera, conozco la gran fuerza que un hombre lobo puede ejercer para someter y aun así él nunca me ha tocado ni tampoco insinuado nada para someterme ni sentirme violentada, al contrario siempre se ha portado amable conmigo, eso se lo agradezco pero aun así siempre tengo miedo a interactuar con la gente.
Desde mi secuestro al llegar a ese pueblo me asignaron a esa casa para servir de esclava sexual de esas personas, no conozco algún trato amable por ellos que no sea la violencia hasta que nos liberaron y fuimos traídas a este nuevo pueblo, ellos han sido todo lo contrario a lo que estaba acostumbrada ya, pero eso no quita que si un día cambian de opinión pueden llegar hacer demasiado daño.
Cuando camino por las mañanas a las terapias me encuentro en el camino a muchos hombres camino a sus respectivos trabajos, también a mujeres de mí misma procedencia caminar a sus terapias, citas médicas, actividades o inclusive una que otra a sus trabajos; me sorprende ver que algunas de ellas han podido superar de alguna manera sus malas experiencias vividas en aquel pueblo, que bueno que les fue mejor que a una, quizás no sufrieron lo que yo sí.
Siempre por las mañanas veo salir y caminar a las mismas personas, me empiezo a familiarizarme con la gente, los reconozco, aunque no hable con ninguno de ellos, aun me aterra y angustia su presencia, sé que logran percibir mi miedo y como imanes de polos iguales me evitan a toda costa, quizás para que me sienta más segura, quizás algún día vuelva a confiar en la gente, aun soy joven así que aun puedo formar lazos reales con la gente de aquí, sentirme segura entre mujeres y verlas más allá de simples compañeras de casa, sino como hermanas.
Aun no siento curiosidad de conocer a los hombres de aquí, tampoco de inscribirme a ningún curso, aunque mis compañeras de casa me insisten de vez en cuando, no quiero hacer algo que me crea inseguridad, no me siento preparada todavía para salir a la calle a convivir y hacer amigos.
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Bitácora de liberadas (Secuestrada por hombres lobos)
WerewolfDurante el secuestro de Carla, dio a luz a un niño el cual su secuestrador lo entregó al nacer a un pueblo desconocido tras su liberación, Tomas, su compañero en conjunto con los lideres del pueblo, Víctor y Christian buscaron información y descubri...