EL EQUIPO DE SLYTHERIN

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Ante ese incidente en la clase de DCAO los de verde no se iban a quedar con los brazos cruzados, solo estaban esperando a que llegará la noche para reunirse con su jefe de casa en las mazmorras.
Y no solo los de segundo año tenían planeado quejarse, el resto de grados también tenían pensado mostrar su disgusto por el idiota que ocupaba el puesto de profesor de DCAO.

La cena llegó y todo parecía en calma en lo que era posible, en la mesa de maestros todos parecían querer clavarse un tenedor en la garganta a Lockhart.
Algunos lo disimulaban más que otros, pero los de Slytherin al ver a su jefe de casa sabían que era cuestión de tiempo para que le lanzará un crucio.

Lockhart estaba fanfarroneando al resto de profesores que sus alumnos se habían puesto de acuerdo para sacar preguntas sobre todos sus libros (cosa que ningún profesor le creyó), pero lo que pasaría a continuación nadie se lo esperaba (excepto los causantes del desastre).
Él payaso había separado los exámenes que no tenían nombre pero que pertenecían a Slytherin, pensaba decirle a Severus que debía hacer que sus estudiantes leyeran con más detenimiento sus obras, también porque en unos folios que tenía aparte habían marcas raras que según él eran de mal gusto.

Snape y McGonagall que eran ya expertos en saber cuando algo traería problemas no tardaron en darse cuenta en lo que próximamente pasaría.
Ambos profesores al estar junto al bufón sacaron sutilmente sus varitas para poder usar un hechizo en caso de ser necesario.

Y esa fue la decisión correcta ya que los folios no tardaron en explotarle con una sorpresa a Gilderoy, solo eran 10 folios pero todos tuvieron un propósito, dejar hecho un desastre al profesor.
Uno de ellos lo había mojado tanto que las ropas escurrían grandes cantidades de agua, seguido de ello un folio explotó dejandole la cara chamuscada al igual que los cabellos y parte de la ropa, otro folio le dio un pastelazo directo en la  cara, para luego ser bañado en pintura  verde negruzca, seguido por otra que tenía una sustancia que parecía vomito, otro folio lo había rociado con un aroma similar al de un trol, fue bañado en brillos rosados y morados, también lo llenaron de plumas de gallina, para finalmente los últimos 2 folios contener 2 duendencillos de Cornualles que se lanzaron sobre el maestro.

Los de Slytherin fueron los primero en enterarse de la situación (estuvieron al pendiente desde el inicio) y gracias a la explosión del segundo folio los que no estaban viendo terminaron volteando para ver el resto de folios en acción.
Obviamente el comedor (gran parte de el) no tardo en estallar en estruendosa risas mientras las pocas fans de Lockhart chillaban indignadas por tal agravio, exigían que los culpables fueran castigados.

Pero incluso en la mesa de profesores trataban inútilmente de disimular sus risas ante el espectáculo, pues los duendencillos seguían desgreñando a Lockhart que trataba inútilmente de quitárselos de encima.
Snape ya sabía que era responsabilidad de su casa al verlos con unas sonrisas tan grandes, incluso sus propios labios se habían curvado un poco hacia arriba  en señal de querer sonreír por la desgracia de Gilderoy.

Al final el director (que también tuvo que ocultar su risa) detuvo el espectáculo, ayudó a Lockhart a tratar con los duendencillos.
Y en cuanto se vio libre el bufón no tardo en huir del comedor para ir a arreglarse, ya que no podía estar en esas fachas.

McGonagall había controlado a todos en el comedor por lo que los alumnos solo aguardaban en silencio a la espera de que la estricta profesora diera el veredicto para los responsables de la broma.
La profesora no tardo en usar un sonorus para amplificar su voz.

—Esperemos que él profesor Lockhart se encuentre bien luego de esta pequeño incidente, sin embargo los involucrados estarán en serios problemas. . .pero desafortunadamente desconocemos las identidades de los responsables -disimuladamente le lanza una mirada a las serpientes- ya que los folios no tenían nombre, y serían injusto castigar a toda una casa por las acciones de unos cuantos. Pero a los responsables, que les quede claro que no habrá una segunda oportunidad -sentencia con firmeza lo último-

HEREDERODonde viven las historias. Descúbrelo ahora