¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
— Sabés.. —
— ¿Ah? —
— No, que tengo algo para contarte. — suelta por fin y la película se pone en pausa.
— Te escucho. — le responde Muriel sentándose en la pose de yoga llamada flor del loto.
Lisandro imita su posición y entrelaza sus propias manos tratando de alentarse a sí mismo.
— Me puse de novio. — escupe como si nada.
La chica se queda estática por unos segundos y después reacciona.
— ¿Te pusiste de novio? — pregunta sorprendida y este asiente.
— Igual, no es tan así. — agrega viendo el rostro de la otra.
— ¿Cómo no es tan así, boludo? — dice y ríe. — Te pusiste de novio, ¿Qué sería lo diferente? — le pregunta confundida.
— Bueno, pasa que fue por una apuesta..— admite y la otra rueda los ojos.
— Sos un boludo, solo espero que no salga mal. ¿Con quién estás? — le pregunta curiosa.
— No te va a gustar mucho. — ríe nervioso.
— Ay no, decime que no es quien yo creo que es. — dice poniendo una mueca de falso sufrimiento y cuando ve el rostro de Lisandro lo confirma todo. — Sí, claramente es Cristian. —
Lisandro finge hacerse el desentendido y cuando cruzan miradas ambos ríen a carcajadas.
— Re loco, eh. Con que estás de novio con tu otro mejor amigo. — dice la chica y Lisandro se queda pensando en aquella frase.
De novio con mi mejor amigo.. Igual, tan así no era, o eso le gustaba decir a Lisandro.
— Re loco. — reitera el chico y ambos se quedan en silencio, cada uno en su mundo, pensando varias cosas en simultáneo.
— ¿Vamos a salir hoy? — le pregunta Muriel rogando que el chico responda que sí.
Lisandro resopla.
— ¿A dónde querés salir? — le pregunta y la sonrisa de la otra se ensancha al saber que Lisandro no puede negar nada.
— Una jodita que organiza el Chino Quarta, te lo imploro, es el amor de mi vida ese flaco. — le cuenta y Lisandro ríe.
— Bueno, nos cruzamos después a mi casa así busco ropa, sino caigo re croto. — dice entre risas.
La noche empieza a llegar con rapidez y aunque hasta el día de ayer no tenía ganas de salir de joda, ahora se veía bastante emocionado.
— ¿Este? ¿El rosa? ¿El plateadito? — le pregunta Muriel al chico después de probarse distintos vestidos.
— El plateadito, mil veces. — asiente decidiendo por ella.