Una Sultana que tendrá que demostrar que las mujeres pueden gobernar un imperio.
Peleara para tener su lugar.
Pondrá su nombre en alto y llevara el sultanato a su máximo esplendor.
Una historia de poder... O una historia de amor. No solo se enfrenta...
Aquella mujer de 67 años caminaba por el palacio, admiraba todo lo que había construido.
Se había convertido en la Valide sultán, fue la primera Haseki conocida por el mundo, fue amada por el sultán Suleyman.
Logro poner a su hijo en el trono, su hija es la princesa otomana más poderosa que el mundo haya visto.
Su nieta es una mujer influyente y se enteró que la mujer que había educado se convertiría en la esposa de su hijo. Nurbanu.
La esposa del sultán Suleyman y madre del sultán Selim segundo, decidió organizar una gran fiesta en el jardín.
Tenía un fuerte presentimiento en su pecho, es como si sintiera que la hora de reunirse con Allah estaba llegando.
Fue alistada con un hermoso vestido y una gran corona, su valioso anillo de esmeralda estaba en su dedo.
Aquella poderosa mujer deseaba ser enterrada con aquel bello anillo, pero sabía que alguien más lo usaría como una muestra de poder y eso le gustaba.
— Sultana madre. - dice Kösem entrando.
— Mi amada nieta, acércate. - hace una seña a su reboso. — ¿Cómo está hoy Kösem?
— ¿Kösem?
— ¿Qué acaso no es tu nombre? - soltó a reír junto a su nieta.
— Claro, pero normalmente tu solo me llamas Mahpeyker.
— Pues, ahora me agrada más el nombre de Kösem, tu eres el orgullo de la dinastía y se que tu padre tiene un glorioso futuro preparado para ti. - asegura por un comentario hecho por su hijo.
— Te aseguro que te honrare a ti y a mis padres.
— Por eso te quiero dar esto, - saca el anillo de su dedo poniéndolo en la mano de su nieta. — Ahora es tuyo.
— No puedo aceptarlo, este anillo significa el amor eterno entre usted y mi abuelo Suleyman.
— Mi amor por Suleyman fue más que un anillo, por eso quiero que tú lo tengas.
— Se lo agradezco, pero no hoy. Por ahora debe utilizarlo, tal vez después me sienta digna de usarlo.
Toda la dinastía se dirigió al jardín, la Valide sultán al frente de las demás sultanas.
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Al llegar cada una se sentó en su respectivo asiento, Nurbanu al lado de la Valide sultán quien la había querido como una hija.
— Sultana se ve radiante hoy. - comento Nurbanu.
— Te lo agradezco Nurbanu.
Hanzade y sus hijos al otro lado de el toldo se encontraban, Mihrimah llegó al jardín con su hija Ayşe Hümaşah sultán.
