CAPITULO TRECE

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"El sol naciente"

Año 1570
Estambul, Turquía

Del brazo de su amiga Esmeralda logro caminara hasta las puertas del palacio.

La sultana se adentro a través de las puertas del palacio, encontrándose con toda su familia.

- Hija mía. - dice Nurbanu abrazando a su hija. - ¿En qué estabas pensando?

- ¿Cómo es que sobreviviste a las balas? - pregunta su hermana Beyham.

Kösem solo pudo sacar de adentro de sus ropas un delicado collar con la bala en medio de el.

...Años atrás...

Una sultana que estaba celebrando su cumpleaños, su padre le organizaba una pequeña reunión en el jardín a ella y a su hermana.

Su abuela le pidió que fuera con ella, a su nieta Mahfiruze le entrego una bella corona de diamantes.

Conocía lo caprichosa que era Mahfiruze así que una corona fue la mejor opción, en cambio a Kösem le tenía preparado algo especial.

- Mi querida Mahpeyker, te tengo algo especial. - le hizo una seña a Sumbul su fiel eunuco.

- Querida abuela, sabes que yo no necesito nada. - dice recibiendo la caja en sus manos.

- No es nada, vamos ábrelo.

La sultana lo abrió sacando un amuleto con imágenes de la cultura musulmana talladas en el.

- Es muy bonito, ¿pero por qué?

- Algún día lo puedes llegar a necesitar, yo sé que esto te protegerá de todo con la bendición de Allah. - dice alzando sus manos al cielo.

Kösem salió feliz con un bello vestido rojo, su bella sonrisa y el amuleto enredado en su mano.

Kösem salió feliz con un bello vestido rojo, su bella sonrisa y el amuleto enredado en su mano

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...Actualidad...

Esa misma noche la sultana recordó las palabras de su abuela, tomando aquel amuleto de su cofre de joyas.

Antes de que pudiera pronunciar palabra, se desmayo frene a su familia, pues el impacto de la bala le afecto en parte.

La llevaron a sus aposcentos para así examinarla.

- Todo está bien, nuestra sultana está bien solo fue afectada por el impacto que recibió. - dice recogiendo sus cosas.

- Gracias a Allah. - dijo acercándose a su hija.

- Lo ves, estoy totalmente bien.

- Me preocupaste mucho, no puedo creer que te enfrentarás a esa multitud.

- No se nisiquiera de dónde saque el valor de hacerlo.

Ambas conversaron unos minutos, Mahfiruze quien estaba con su madre insultaba a Kösem sin parar.

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