Capítulo 2

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Estoy todo el día con papeleo, como siempre firma por un lado y por otro, publicidades y demás.

En eso, llaman a mi puerta. Es mi secretaria así que la dejo pasar.

-Señorita Morgan, tenemos que ir a la entrevista- me informa, yo la recuerdo rápidamente y me levanto.

-No me acordaba, gracias- me levanto de mi asiento y voy con ella- Vamos-

A pesar de que le he dicho varias veces a Rose que me llame por mi nombre y casualmente ella sigue haciéndolo como quiere, la verdad tampoco me molesta. En este mundo la gente no te habla con tanto respeto cuando eres una mujer así que a veces viene bien ese llamado.

Cuando llegamos, me cogen para empezar a retocarme el maquillaje y decirme aproximadamente de qué va a ir la entrevista. Después me siento en la silla en la que me la van a dar y...

-Tres, dos, uno... ¡En el aire!- suspiro con determinación. Voy a volver a salvar mi matrimonio.

Después de unas cuantas preguntas hace una que me desconcierta.

-¿Perdona? ¿Podrías repetir?- pregunto, esperando haber escuchado mal.

-Claro, ¿Qué opina de la foto que salió hace dos días de su marido con otra mujer?-

No, no he escuchado mal.

Pongo mi sonrisa de "ya lo sabía" y respondo.

-Oh, ya lo sabíamos. Es una simple amiga de la familia, ya sabes-

-¿Amiga de la familia? Nunca antes la habíamos visto-

-Lo sé, es extranjera. Pero ambos la conocemos y es de fiar. No hay nada preocupante- pongo mi mejor sonrisa y, por su cara, sé que he ganado.

Pero tendré unas palabras con William.


En cuanto la puerta de la calle se abre, me levanto del sofá directa a ella.

-¿Eres gilipollas?- pregunto directamente, el se gira a verme confundido. Vaya payaso.

-¿Buenas noches?- "saluda" el.

-Te vieron con una mujer hace dos días, ¿Quién era?- pregunto. Bloqueo la entrada para que no pueda salir de mi interrogatorio.

-¿En serio? No recuerdo haber salido con ninguna desde hace dos putos años-

-¿Quién tiene la culpa de eso? Tus padres- logra escapar de mi acorralamiento y yo lo persigo- ¡¿Quién era?! No me obligues a repetirlo-

-¿Eso que huelo son celos? Joder Amelia, no te imaginaba una mujer posesiva con lo que no es tuyo- se burla.

-Sí, son celos de que tengas el descaro de salir con otra tía ¡Por mitad de la calle! Y yo no lo tenga-

-A lo mejor es porque eres fea-

-Sabes muy bien que no soy fea-

-Y tú sabes perfectamente que no saldría con otra tía por mitad de la calle-

-Ah, ¡¿Entonces lo haces a escondidas?!- lo empujo a la pared de detrás suya -Tenemos un trato, William-

-¿Qué pasa si me doy un capricho de vez en cuando?-

-Que ese "capricho" puede ir en tu contra y declarar que ha estado saliendo contigo-

-Amelia, hay gente que no hace eso. Hay mujeres que disfrutan de ser el cuerno-

-¿Entonces lo haces?-

-Que quede a tu imaginación- se escabulle de mis brazos y se va.

-Bien, pues si tu lo haces yo también lo haré-

-Vale, busca a alguien que te quiera con ese culo enorme- se da la vuelta, empezando a caminar hacia las escaleras.

-Bien que esa noche lo mordías desesperado- se gira hacia mí sorprendido.

-Prometimos no hablar de eso- se acerca de nuevo a mí.

-Has criticado mi culo- de repente, lleva una mano a este, apretándolo en su mano.

-Bien sabes que me lo volvería a comer- me susurra.

-Y bien sabes que te mataré si lo haces- le susurro de vuelta antes de retorcerle el brazo que tenía puesto en mi culo.

Cuando salgo de su agarre empiezo a subir las escaleras.

-Y por favor, déjate la polla guardada la próxima vez. No quiero volver a salvarte el culo-

Este contacto no me pone nerviosa, es nuestro día a día.

Y si, nos acostamos hace tiempo. Ambos estábamos borrachos en la primera fiesta de fin de año que pasamos juntos y follamos.

No puedo decir que me arrepiento, lo pasé muy bien y la verdad, me gustó mucho más de lo que quisiera decir, pero bueno. Sé que el también lo disfrutó.

Y si, mordió mi culo repetidas veces, dejando marcas que nos avergonzarían al día siguiente.

Pero lo de que se acuesta con mujeres en secreto me ha pillado por sorpresa. Pensaba que ambos estábamos siguiendo el contrato pero ya veo que no.

Si el se acuesta con mujeres, entonces yo podré follar también, ¿No?

No soy una persona promiscua pero llevo dos años sin sexo. No estoy muy bien, puedo apañármelas sola pero necesito algo más.

Así que esto me viene como anillo al dedo.

Nunca mejor dicho.

Años en el RingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora