-¿Steven Conklin? ¿El mismo Steven que quiere ir a Priceton? ¿El alto buenorro que...?

-¡Ese!-chilla Selena tratando de que Ginny se calle, pero solo consigue una enorme carcajada.-¿Qué pasa?

-Que no me puedo creer que hayas visto Spiderman con él, es raro.-la amiga arruga la nariz como si toda la noche de ayer hubiera sido algo del otro mundo.

¿Tan raro era invitar a un amigo a casa? Sus padres siempre le dicen que debe ser educada con sus compañeros, tan solo había seguido su palabra. 

-No seas idiota, no es para tanto.

-Bueno, yo creo que ese creído te quiere hincar el diente.-ante esas declaraciones, Selena frenó su paso arrugando el ceño, lo que acabab de decir su amiga era una idiootez.

Steven estaba siendo majo, pero no cada vez que un chico te sonríe o te regala algo es porque quiera tener algo contigo, o al menos eso quería creer Selena, ¿todos los chicos que eran amables con ella querían tener un cita? Eso era rídiculo. 

-Steven solo está siendo majo porque he ayudado a Belly con mates.-explicó y siguió caminando por el pasillo.

-Llevas ayudando a Belly un mes, y él solo se ha poarado a ser majo la última semana, busca otra excusa para...¡Conklin!-la rubia abrió los ojos de par en par al ver como Steven estaba frente a ellas, pero más al vrer cómo su amiga se refería a él, ¡ni siquiera le conocía!

-¿Por qué sabes quién soy?-a Steven no le molestaba que Ginny le hablase, le gustaba ver a Selena con su amiga, a simple vista parecían muy distintas, pero sí quería saber el motivo, ¿le habría hablado Selena sobre él?

-Belly es la cpotana del equipo de voley, ella le ha hablado de ti.-respondió antes de que Ginny la pudiera meter en un lío. 

-Exacto.-le siguió su amiga el rollo.-Tranquilo, si pensabas que te he reconocido pirque me gustas que sepas que entre tu hermana y tú me gusta más...

-¡Ella es Ginny!-la rubia no tuvo otra que colocarse delante de su amiga con los brazos abiertos.

Amaba a Ginny, pero a veces no soportaba su poca verguenza, de las dos ella se había llevado toda la timidez. 

Steven observó a Selena divertido, sabía que era fácil sacar de quicio a la rubia, él podría hacerlo en un segundo ahora que sabía que su Spiderman favoroto era Tom Holland, pero no sabía que había alguien que la sacaba aun más de quicio, Ginny. 

-Encantado, Ginny.-sonrió alegremente el chico.

Selena le miró algo incredula, cuando ellos se conocieron él no solo no le sonrió, sino que la llamó Selene, se estaba ganando un horrible puesto en su corazón.

-¿A qué se debe tu visita por estos pasillos? Es la hora del recreo, deberías de estar por ahí haciendote el guay.

Selena no lo decía a malas, pero le hacía gracia ver a Steven sonreír arrogantemente, pero esta vez no obtuvo eso, el chico le miró algo tímido, acto que desconcertño bastante a la rubia, ¿le había dado verguenza? 

-Bueno...-murmuro mientras llevaba su mano a su espalda.-Esta noche es la última que Belly y yo estaremos solos en casa, mañana viene mi madre, así que hemos pensando invitar a algunos amigos a pasar el rato, estaís invitadas.

Selena no podía negar que le parecía adorable el Steven tímido, pero no entedía muy bien porque estaba así si ayer habían estado comiendo palomitas juntos con pijamas de niños pequeños.

-Claro que iremos.-se adelantó Ginny a responder.-Selena conduce y yo guío.

-No creo que sea buena idea que Selena conduzca.-advirtió Steven molestando a la chica.

Hey, Steven| Steven Conklin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora