—¿Por qué estás viendo una película navideña, hija?

Buena pregunta.
Tan solo era la segunda semana de noviembre, pegaría más ver cualquier película otoñal o de Halloween, pero Selena había decidido ver Solo en casa con la excusa de que cada uno elije como manejar sus sentimientos.

—Estaba aburrida, era eso o salir a pasear a Coco.

—¿Y quién ha ido a pasear a Coco entonces?—su madre la mira algo cansada, pero con tan solo un puchero Selena consigue que se le pase un poco el enfado.—Te lo perdono solo porque sé que es una semana importante, hay muchos exámenes y...¿Por qué no estás estudiando?

Eso también era una buena pregunta.
La verdad era que, desde esa noche en casa de Steven y Belly, Selena había reducido su círculo a su familia, iba al instituto y volvía a casa, para ocupar su mente decidía estudiar nada más llegar, así que si tenía suerte y termina rápida decidía pasar lo que quedaba de tarde viendo películas.

—Ya he terminado.—avisa la rubia.—Así que decidido explorar un poco el cine fuera de Marvel.

Su madre estaba preocupada, pero no se lo iba a decir a Selena.
Conocía a su hija más de lo que podía admitir en voz alta, no podía revelar todos sus secretos, pero sabía que a Selena le pasaba algo.
Desde que había dejado el voley muchos obstáculos se habían interpuesto en su camina, pero sus padres habían estado ahí para apoyarla y ayudarla siempre, después de tanto tiempo en la oscuridad ambos se habían alegrado al ver como en esta curso la chica no pasaba tanto tiempo en casa e incluso se había animado a ir a ver un partido de voley, pero la ilusión había durado poco, Selena parecía estar de nuevo perdida en su interior, aunque no tan profundamente.

—¿Qué tal está Ginny?

—Bien, está entrenando mucho por los estatales, así que probablemente no la vea en un tiempo.

—¿Y tu amiga nueva?—preguntó con curiosidad.—Era maja.

—Ni siquiera conoces a Belly.

—Tiene nombre de persona maja.—Selena río por las palabras de su madre, cualquier persona que hiciera sonreír a su hija le parecía maja y no había discusión.

—Es la capitana del equipo, estará incluso más ocupada.—explicó mientras jugaba con el mando de la televisión.—Así que no me queda otra que ver películas navideñas mientras me tapo con la manta más calentita del mundo.

La rubia se deslizó por el sofá metiendo parte de su cabeza en la manta que estaba encima de su cuerpo, en parte porque no quería hablar más.

No todo iba sobre que sus amigas estaban ocupadas con el voley, en realidad iba de no querer aceptar la realidad.
Ginny sabía todo sobre ella y Selena sabía que había sospechado lo que le pasaba el último día que vio a Steven, pero su amiga no había presionado por saberlo y Selena lo prefería así, cuanto menos vueltas mejor.

Con respecto a Belly, la chica había necesitado clases de mates un par de veces, pero lo habían hecho por videollamada, no quería ir a su casa, sabía que Belly no le pediría explicaciones, pero quizás Steven sí.

De hecho, lo había insinuado, compartir una clase con él no es la mejor manera de ignorarle.
Steven había cogido una pequeña afición por enviarle notas de papel a Selena, pero la rubia, aunque le dolía hacerlo, simplemente las ignoraba.
No quería dar explicaciones de sus inseguridades a nadie, no se sentía preparada para simplemente contar lo insuficiente que se sentía en muchos aspectos. Lo que fuera que tenía con Steven había hecho que fantasma del pasado revivieran, así que se tenía que alejar de él.

Hey, Steven| Steven Conklin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora