Lo miré bien y luego la miré a ella. Eso no era verdad, él solo estaba jugando conmigo, jugando con mis emociones. Emociones que jamás pensé sentir, pensé tener. ¿Un hijo? Maldita sea barba, no juegues conmigo.
- ¿Qué? - dije luego de unos segundos
Él caminó hasta mí y se colocó a mi lado para mirar hacia Aranda. Giré mi cabeza para observarlo.
- No te estoy mintiendo, si estas pensando eso. Tú sabes que yo no miento, eso no es de mi agrado - me dijo
- ¿Qué quieres de ella? - le pregunté apretando los dientes
- Aranda me dio su vida a cambio de tu eternidad, amigo
Lo mire sin poder creerlo. ¿Qué mierda era lo que estaba pensando esta chica para hacer una cosa así?
- Ya te lo dije, hermano. La déjala libre o vamos a estar en serios problemas - dije amenazante. Él rió por lo bajo
- ¿Quieres saber que será tu bebe? - me preguntó. No dije nada. Sólo me quedé quieto en mi lugar - Va a ser un varón.
- ¡NO JUEGES MÁS CONMIGO! - le grité, ya no lo soporto
- Lo he dicho, no te estoy mintiendo, Tom
- Entonces, déjala - le dije y quise acercarme de nuevo a ella
Pero para mi desgracia, ese lame botas de Gabriel se metió en mi camino. Lo miré con furia, pero el maldito albino ni siquiera parpadeó.
- ¡Quítate de mi camino! - le exigí
- No puedes acercarte a ella, Tom. No puedes tocarla, no puedes hablarle. E
intenta no mirarla. - me dijo- Oh Gabriel, no estoy para tus juegos de ángel perfecto - dije e intente acercarme de nuevo. Otra vez él no me dejó
- Si solo hubieras cumplido tu pacto - me dijo el ricitos de oro - Esta pobre mujer ahora no cargaría en su vientre al hijo del pecado
- ¡No hables así de mi hijo! - le gruñí cuando lo escuché
- Ya Gabriel, déjalo en paz - Dijo Dios
- Tú lo quisiste así, barba. Ahora vamos a ver quien es más débil - dije y salí de ahí
Comencé a buscar a Rachel, maldita sea ella tiene toda la culpa. ¿Por qué diablos no me dijo antes lo que él quería? Ahora mi hijo no tiene derecho a nacer, porque es mi hijo. Eso no es justo y tampoco es justo que Dios pueda tener hijos y yo no. La encontré sentada en una vereda, esperando seguramente lo que sería
otra muerte.- Ahora mismo me das tu agenda - le dije. Me miró confundida
- ¿Qué? - me preguntó y se puso de pie
- Aquí va a correr sangre, Rachel. Así que prepara una bolsa nueva para las almas que vas a llevarle al todo poderoso.
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Un gusto, soy el Diablo [Tom Kaulitz]
Fiksi Penggemar¿Nunca pensaron en venderle su alma al Diablo por conseguir todo lo que quieren en su vida? Yo sí, lo pensé y lo hice pero ¿Qué pasa cuando te terminas enamorado de él? No solo se lleva tu alma, sino que tu corazón también La ciudad, es el centro de...