Capítulo 10

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Adelaide.

—¡Está muerto! —Mi voz salió entrecortada en medio del llanto.

—No está muerto, solo no está... ¿Respirando? —Oliver me observó con una mueca de incomodidad.

—¡Esa es la definición de muerto! —Chillé.

—No, Adelaide, cálmate. Caramel está bien, solo está dormido, —Oliver levantó el cuerpo del hámster que se encontraba en el suelo—. ¿Ves? —Lo sostuvo un momento, cuando lo soltó, su cuerpo cayó de lado con un golpe seco.

Oliver hizo una mueca y yo lloré más fuerte.

—Lo maté, —continué llorando—. No debí asustarlo así.

—No fue tu culpa —Oliver susurró abrazándome.

Yo seguí llorando desconsoladamente. Caramel había sido mi regalo de cumpleaños, llevaba dos años conmigo. Ese día había convencido a Asher y Oliver de jugar a una tarde de té junto con Caramel. Cuando fui por él, estaba muy tranquilo comiendo. Me escabullí y cuando estuve lo suficientemente cerca, salté asustándolo por completo. Él me observó por un momento asustado y luego su cuerpo cayó hacia atrás con un estremecedor golpe seco. Yo grité tan fuerte que Oliver, Asher, Celeste y mi padre llegaron a mi lado en tiempo récord. Su vista viajó hasta Caramel, Oliver contuvo una risa cuando Asher lo miró con ganas de asesinarlo si comenzaba a reírse. Después de un instante, se quedaron en silencio observándose entre sí.

—Tranquila pequeña, Caramel está en un mejor lugar. —Mi padre me abrazó.

—Yo no quiero que esté en otro lugar, quiero que esté conmigo, era mi amigo.

—Lo sé, pero ese es el ciclo de la vida. Recuerda los momentos que pasaste junto a él de la mejor manera. A Caramel no le gustaría que lloraras por él, está feliz.

—¿Cómo sabes que está feliz?

—Porque él me lo dijo.

—¿Tú hablaste con él? —Pregunté viéndolo con asombro.

—Sí, y me pidió que te dijera que fuiste una excelente amiga, que cuidaste muy bien de él y que todos los momentos que pasaron juntos fueron los mejores en toda su vida. También me dijo que él siempre estaría contigo, aquí. —Él señaló mi corazón.

—¿Y te dijo adónde iría?

—Sí, ¿Recuerdas la tierra de los hámsters?

Asentí en silencio, prestando cuidadosa atención a sus palabras.

La tierra de los hámsters era el lugar al que mi padre me había dicho que todos ellos iban cuando dejaban este mundo. Aún no comprendo del todo eso de dejar el mundo, pero él dice que es un mundo diferente para ellos, donde se reencuentran con sus familias y encuentran eternamente la paz y la felicidad. Espero que Caramel esté feliz en su tierra.

—Bueno, él está ahí con su familia. También me dijo que le dolía dejarte, pero él sabía que tú lo entenderías —mi padre me miró con una sonrisa.

—Lo entiendo. Pero... no pude despedirme de él.

—No te preocupes, podrás despedirte de él en su funeral, ¿Estás de acuerdo?

Asentí en silencio y él me regaló una amplia sonrisa.

Minutos después, nos encontrábamos todos en el patio. Mi padre había cavado un agujero profundo para que Caramel descansara. Celeste lo había vestido, Oliver guardó su cuerpo en una caja de madera y Asher tenía unas flores del jardín entre sus manos. Mi padre colocó la cajita de madera frente a mí.

El Secreto De Los BlagdenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora