Capítulo 2

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Y seguían con esa mierda de los vampiros.

—Estoy hablando enserio—le respondí con molestia.

—Y que te hace pensar que yo no estoy hablando enserio—me observó fijamente.

La verdad con todo lo que acababa de pasar, el no creerle sería mentirme a mí misma, todo esto era muy confuso, todos mis pensamientos estaban desordenados, no podía pensar claramente, no quería estar ahí, solo deseaba irme e ignorar a esa bola de idiotas a mi alrededor, sin embargo, cuando intenté levantarme mis piernas se debilitaron y caí, volví a intentar levantarme otra vez, pero mis piernas estaban desconectadas y eso sin mencionar el estúpido pitido de mis oídos, no lo soportaba sentía que mi cabeza iba a estallar.

—El pitido de mis oídos, no lo soporto, has que pare—le grité al castaño mientras tapaba mis oídos con mis manos.

—Si claro permíteme sacar mi botiquín de primeros auxilios y darte un calmante—hizo un ademán de estar buscando algo—¿Te crees que tengo la cura mágica de todos tus males?

—Creí que al menos tu presencia podía ser útil, pero veo que no—solté de mala gana.

El castaño puso los ojos en blanco y me ignoro categóricamente.

Por otra parte chico de cabello blanco caminó hasta mi se agachó y tocó mi hombro con suavidad.

—El veneno dura poco tiempo, si eres lo suficientemente fuerte para soportarlo sé irá rápido, completarás la transformación con sangre humana y sobrevivirás, pero si no lo eres empeorará y morirás, suerte— él palmeó mi hombro.

—No, pues gracias eso me hace sentir mejor.

Lo observé en silencio, mientras él se alejaba y regresaba con los demás, yo por mi parte recosté la cabeza en el árbol, inhalé profundo y cerré mis ojos, al hacerlo sentí paz, no soy consciente cuanto tiempo estuve así, lo único que sé fue al abrir los ojos todo se detuvo al instante, mi vista parecía haber aclarado notoriamente, intenté levantarme y lo logré a una velocidad asombrosa, al estar de pie todos mis músculos se relajaron y el dolor había desaparecido.

—Cassian, mira el veneno se detuvo.

Todos me observaron en silencio y podría hasta decir que algunos tenían una pizca de asombro en sus ojos, por otra parte, el idiota antes mencionado ni siquiera se movió, permaneció en silencio viendo un punto en específico.

En ese momento una brisa helada sacudió los grandes árboles a nuestro alrededor, una flecha me rozó el brazo.

—Mierda— susurré viendo mi brazo.

—Ya vienen— la rubia susurró.

—¿Quiénes? —le pregunté a la rubia.

—El consejo—respondió molesta.

—¿Qué demonios es el consejo? Una secta secreta que se reúne a tener sexo en el bosque y matar adolescentes o que—les pregunté, pero ellos me ignoraron.

Estaban más concentrados en el grupo de personas acercándose.

—Debemos irnos— habló el chico de cabello blanco.

—¿Irnos? Solo entreguémosla al consejo y desliguémonos de todos los problemas—habló la amable rubia.

—Al parecer tu inteligencia supera todos los niveles de la estupidez Eliane, vienen a capturarnos no a intercambiar ofrendas de paz—habló el castaño.

El sonido fuerte de algo siendo azotado les hizo a todos ponerse en alerta, cada uno estaba a la ofensiva observando con desconfianza a nuestro alrededor.

El Secreto De Los BlagdenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora