• Capítulo 2 •

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   - Más suave, Baker

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- Más suave, Baker. Es patinaje artístico, debes dejarte llevar por el impulso. - habla Eleonor mientras me observa.

- ¿Qué quieres? ¿Que vaya así? - reduzco tanto la velocidad que siento que ni me estoy moviendo.

Ella rueda sus ojos y se acerca a mí.

- No, pero aquí no es tanto la velocidad, es más la delicadeza. Mírame.

Empieza a deslizarse por la pista de forma que parece que flota, hace un par de giros, saltos y sigue deslizándose. Se adueña por completo de toda la pista con solamente pasar sus cuchillas por el hielo de esta.

- ¿Me viste? Es deslizarse, no hacer carreras.

Sinceramente, princesita. Lo único que vi fue como se movía tu culo en esos leggins negros.

- Vale, entendido. - opto por responder.

Empiezo a deslizarme por el hielo y pienso en sus palabras. Delicadeza, suavidad, calma...

- ¡Sí! ¡Eso es! ¡No pares, ni se te ocurra hacerlo! - la escucho a mis espaldas.

Segundos después una mano envuelve la mía -o más bien mi mano se traga a una de piel suave- y me tenso bajo su cálido tacto.

- No pares. Vamos juntos, esto es otra cosa que tenemos que dominar.

Lo único que quiero dominar ahora mismo es a ti en mi cama, sofá, encimera, pared, mesa, balcón, coche y hasta en un jodido parque. Atada y gimiendo mi nombre y no mi apellido.

Mierda, Jaxon basta. Llevamos una semana con los entrenos constantes y eso me afecta. Soy un intenso que necesita sexo, es mi droga y hace semanas que no hago nada.

- De espaldas... - escucho a Eleonor como alguien lejano.

De espaldas te tendría con tus tetas aplastadas en el cristal de mi coche.

Si mi madre leyera mis pensamientos...

- Baker, llevo llamándote un rato. - salgo de mi cabeza calienturienta.

- ¿Qué pasó?

- ¿Practicamos un par de giros y acrobacias? - pregunta, emocionada.

Llevo dos días evitando esto. Me da miedo no cogerla bien y que se caiga. Pero hoy está demasiado cabezota, me hace un puchero diminuto y me pone ojitos de cachorrito.

- Con las más fáciles. - acepto.

Hacemos giros sencillos -que me cuestan demasiado- y cuando llega el momento de las acrobacias me arrepiento.

- Empecemos por subirte al hombro y cosas así, no estoy listo para lazarte por los aires aún.

Cojo su cintura y con sus indicaciones la dejo con su estómago en mi hombro derecho.

Sobre el hielo  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora