• Capítulo 27 •

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 Algo que siempre odiaré de mí es lo hormonal que soy al tener el periodo

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Algo que siempre odiaré de mí es lo hormonal que soy al tener el periodo. Me da vergüenza hacer cosas en esos días del mes, pero me da curiosidad. Se dice que el sexo quita los dolores menstruales.

- Un oral pequeñito... ¿eso quieres? - le hablo a Jaxon que tiene sus ojos cerrados y la cabeza echada hacia atrás.

- Sí, con eso me conformo.

- ¿Y que pasaría si te pido que me hagas el amor? - me detengo esperando su reacción.

Él levanta su cabeza y abre los ojos como platos.

- ¿Con la regla?

- Sí. - comienzo a arrepentirme de haber abierto la boca.

- ¿Te refieres a penetrarte, dejar que me montes, cambiar de posición y follarte a lo bestia, corrernos y todo ese proceso?

¿Por qué parece tan sorprendido?

- Sí, a todo eso me refiero. Pero si te da asco o no te apetece y solamente quieres que te dé un oral y listo pues seguimos con ese plan. No importa, es una locura, sería antihigiénico, te mancharías, mancharíamos la cama... - hablo atropelladamente.

- Vale, vale, vale, detente - me corta Jaxon -. Acabas de hablar demasiado rápido, princesa, deja que recapacite y analice todo lo que has dicho en menos de cinco segundos - se queda pensando por lo que me parece una eternidad -. ¿Cómo me va a a dar asco?

- Es sangre. - me encojo de hombros.

- Yo por ti me vuelvo un vampiro si eso quieres, mi vida. Bésame y ve sacando el condón de la mesita. - sonrío acercándome de vuelta a su boca.

Unimos nuestros labios y vuelvo a mover mis caderas sintiendo que su erección crece notablemente.

- Te noto contento, cariño. - le susurro a Jaxon al oído.

- Estoy demasiado contento, tenerte encima es un regalo del cielo.

Aprovechando que estoy inclinada saco un preservativo de la mesita de noche y se lo muestro a Jaxon que me sonríe. Bajo de su regazo y quito su ropa interior dejando su miembro a la vista. Lo acaricio un poco con la mano, lamo la punta que estaba húmeda por el líquido pre-seminal y bombeo un poco.

- Princesa, ponme ya el condón, desnúdate y fóllame por favor.

Sonrío y hago caso a su petición. Abro el plástico plateado y saco el látex, envuelvo su erección en el mismo y beso la punta una vez el preservativo está colocado.

Me levanto y me desnudo a los pies de la cama con la vista fija en Jaxon. Me quedo en bragas dudando si quitarlas o no.

- ¿Estás seguro que quieres hacerlo así?

- ¿Estás tú segura? - me devuelve la pregunta -. Porque yo sí, segurísimo. Aquí el tema es que tú lo estés.

Miro su erección, ya no le puedo dejar así, venga.

Sobre el hielo  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora