Sobre el hielo [+18]

• Capítulo 4 •

- Entonces te gusta la tal Eleonor, ¿no?

- Damon, no me gusta. - giro el volante.

- Llevas hablando de ella la media hora que llevamos de camino, Baker. - sí, él también me llama por mi apellido.

Todo el mundo menos mi madre y Eleonor me conoce como "Baker".

- Tú preguntaste. - me encojo de hombros.

- Pregunté si te estaba siendo muy difícil lo del patinaje artístico y empezaste a hablar de Eleonor. La mujer te tiene completamente loco, hermano.

Ruedo los ojos y finjo que no es real lo que acaba de decir.

- Puede ser que me llegue a atraer. - remarco la primera y última palabra.

- Ajá, atraer, puede. Eres un mentiroso.

Chasqueó la lengua y me quedó en silencio. Pillándome por sorpresa, en la radio suena una canción de Olivia Rodrigo. Eleonor y su voz...

- ¿Sabías que a Eleonor le gusta mucho esta chica? - comento al aire sin poder contenerlo.

- No, no lo sabía. Pero ahora sí. Gracias por ese dato completamente innecesario, hermano. - me palmea el brazo.

Odio hablar con mi hermano por esto. Todo lo contesta así, nada le importa.

- Te escribieron - mi corazón se acelera al pensar que es Eleonor -. Mamá, dice que cuando pensamos llegar.

Mi ilusión se va y mi corazón se calma.

- Dile que casi llegamos, que se tome un tecito. Con un emoji de un guiño, Damon, muy importante porque sino se cree que se lo dije a malas.

Teclea en mi móvil y escucho como llega otro mensaje.

- Dice que se caga en ti.

- Que bonita es mamá... - murmuro.

- Uy, uy, uy, hermano querido...

- No me llames así y, ¿qué pasa? - le interrumpo.

- Una tal "Princesa 🤍" te ha escrito y tengo la sensación de que es la que te tiene loco y a sus pies o mejor dicho a las cuchillas de sus patines.

Sonrío y le pido que deje el móvil con el chat abierto en mi pierna.

Princesa 🤍: Hola, ¿qué tal el viaje, gruñón? Dime si llegáis bien, es tarde y vais en carretera.

Le doy a grabar un audio para que escuche mi voz y se quede más tranquila. Ya la voy conociendo cada vez más.

- No hemos llegado aún, princesa. Pero todo va bien, hemos echado gasolina hace quince minutos y ya estamos llegando. Quédate tranquila que estoy bien y el imbécil de mi hermano también. Te aviso cuando llegue a casa de mis padres, adiós, princesa. - y mando el audio.