• Capítulo 10 •

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 - Te la follaste, menos mal

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- Te la follaste, menos mal. Por cierto, un poco ruidosa la niña, ¿no? - Damon entra en mi habitación.

Limpio la lágrima que caía por mi mejilla y lo miro.

- La cuestión aquí es: ¿qué haces aquí y no durmiendo acurrucadito con ella?

- ¿Me ves con cara de felicidad por haberle dado unos cuantos orgasmos? - me señalo la cara -. Si me hubieran dicho que iba a terminar como lo hizo, ni siquiera hubiera entrado a buscar su maldito portátil.

- Mierda, ¿qué pasó? - se sienta a mi lado en la cama.

- Que ella no me quiere como yo la quiero a ella, eso pasa. Estaba cachonda y pasó, pero no siente nada más allá que el cariño que se le tiene a un amigo, Damon. Me siento usado de veinte maneras diferentes.

- Sinceramente no creo que te vea como un amigo, ¿recuerdas la frase de los ojos?

- Los ojos nunca mienten. Sí, claro que la recuerdo, te obsesionaste con ella.

- Eleonor te mira y no como a un amigo, hermano. Tendrá alguna razón por la cual te dijo que eres solamente un amigo. - niego con la cabeza.

- ¿Qué razón va a tener? Solamente ha estado con un chico en su vida. - bufo.

- ¿Por qué crees que es? ¿Por falta de pretendientes? Por Dios, mira a Eleonor, pretendientes no le faltan. Mírate a ti, estuviste con una sola mujer teniendo una relación, te engañó y no tuviste más relaciones serias.

Me quedo en silencio mirando el suelo.

- Los ojos sí mienten. Y ahora vete por favor, necesito estar solo. - es lo único que digo.

- ¿Mañana por la tarde vas a ir al entreno que tenéis?

- Obviamente. - me meto en la cama y lo miro caminar hasta la puerta.

- ¿Por qué?

- Porque se lo prometí. - susurro.

- Eres demasiado bueno, hermano. Buenas noches.

- Buenas noches. Oye, ¿puedes comprobar si Eleonor está dormida?

- ¿Quieres echar otro polvo? - se burla el muy cabrón y lo fulmino con la mirada -. Vale, perdón. Sí, ahora miro si está dormida.

Asiento con la cabeza y segundos después Damon se asoma en mi puerta y asiente con la cabeza indicándome que Eleonor está dormida. Le sonrío y él se va a su habitación.

Cuando suena el despertador lo apago. No he dormido absolutamente nada.

Salgo de la cama y voy hasta el baño como un zombie, me doy una ducha en modo automático y vuelvo a mi habitación con una toalla envuelta en mi cintura. Por el pasillo me cruzo a Eleonor que ni siquiera me mira. Que bien.

Sobre el hielo  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora