• Capítulo 5 •

1.5K 61 7
                                    

   - ¿Y esa sonrisa? - me pregunta mi madre al verme bajar a la cocina

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

- ¿Y esa sonrisa? - me pregunta mi madre al verme bajar a la cocina.

- ¿Qué sonrisa? No sé de qué me hablas, mamá. - me acerco a abrazarla.

Mi madre siempre hemos sido ella y yo. Mi padre nos abandonó cuando yo tenía seis años ya que era demasiada responsabilidad y no hemos sabido nada de él desde ese entonces.

- ¿Quién es? ¿Quién te tiene sonriendo así? - juega con mi pelo.

- Jaxon, Jaxon Baker. - contesto sonriendo al nombrarle.

- Jaxon... ¿ese no es el jugador de hockey? - asiento con mi cabeza.

- Tomemos algo y te cuento.

Caminamos hasta la cocina y preparo café, mientras le cuento todo sobre Jaxon.

- Awww, que bonito hablas de él, mi amor. Hace mucho no te escuchaba hablar así de alguien. Te brillan los ojos, ¿estás enamorada de él? - me giro para mirarla.

- Enamorada es una palabra con mucho sentimiento. Me gusta muchísimo, pero no llego a estar enamorada - vuelvo a servir el café en las tazas -. ¿La misma cantidad de azúcar que siempre?

- Sí.

Pongo el azúcar a cada café y le entrego su taza caliente.

- Mamá, sé que nunca hablamos de él, pero... ¿tú estabas enamorada de mi padre? - le pregunto cuando nos sentamos en mi sofá.

- Sí, yo sí me enamoré de tu padre. Me enamoré como de nadie lo había hecho, Eleonor.

- ¿Cómo lo supiste? - tomo un sorbo de café.

Encoge un hombro - Simplemente lo supe, de eso te das cuenta tú solita. Independientemente del tiempo del que os conozcáis, da igual.

Nos quedamos en silencio mientras disfrutamos del café.

- ¿Y Samantha? ¿Qué tal está?

- Bastante feliz. Conoció a un chico y la trata genial. - le contesto.

- ¿Sabes su nombre? ¿Cómo es?

- Eres una chismosa, mamá. - me río.

- Tú eres igualita a mí, Eleonor.

Nos carcajeamos y me quedo pensando en su pregunta.

- No, no sé su nombre ni como es. No me ha contado casi nada, solamente que la trata muy bien y se han visto un par de veces.

- Eso es extraño en Samantha, siempre cuenta hasta el último detalle. - comenta mi madre.

Pasamos la tarde entre risas, cotilleos y bromas. La echaba de menos.

Elisa -mi madre- se fue a vivir a Australia cuando yo me independicé y viene de visita pocas veces. Somos muy parecidas tanto físicamente como mentalmente. Ella hacía ballet hasta que quedó embarazada de mí a sus 22 años. Mi padre -Anthony- en ese entonces tenía 24 años y ya vivían juntos. Mi madre me ha criado completamente sola ya que sus padres -mis abuelos- dejaron de hablarle al enterarse que me iba a tener. Nuestra vida ha sido caótica y difícil, pero aquí estamos, en nuestro mejor momento. Yo ganando dinero gracias a el patinaje artístico y ella gracias a su trabajo de veterinaria.

Sobre el hielo  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora