Sobre el hielo [+18]

•Capítulo 14 •

Hoy tenemos el partido que decidirá quién va a Europa a jugar en un equipo mucho mejor. Estoy demasiado nervioso, quiero ir a Europa con todas mis fuerzas. También estoy nervioso porque Eleonor no sabe la importancia de ese partido y no sé cómo se lo tomará.

Cuando vuelva del baño debes decírselo. Llevas retrasándolo casi una semana entera.

Sé que debo decírselo, pero no quiero que se enfade. Ahora estamos muy bien como para darle la noticia de que lo más probable es que cuando esté año finalice deba irme a Europa hasta a saber cuando.

Porque eso es otro problema, no sé cuánto tiempo deba estar en Europa si voy. No podré decirle que en tantos meses nos volveremos a ver y eso me tiene jodido. Yo quiero mucho a Eleonor, tanto que no soy capaz de explicarlo, pero también deseo desde niño ir a Europa.

¿Lo haces por ti o por el Jaxon de cinco años que lloraba en su habitación pensando que nunca cumpliría su sueño? ¿Lo desea el Jaxon de veinte años?

- ¿Y esa cara tan amarga? - Eleonor entra con una de mis camisetas puestas.

Se sube a la cama y se acomoda a horcajadas sobre mi regazo poniendo sus manos en mi pecho.

- ¿Qué ocurre? ¿Estás nervioso? ¿Te sientes mal? - la adoro.

¿Cómo es posible que alguien con quien no comparto sangre se preocupe así por mí?

- Los nervios me tienen pensando todo el rato en las jugadas que podemos hacer para proponérselas al entrenador esta noche - pongo mis manos en sus muslos -. ¿Llevas algo debajo o vienes con el coño al aire?

Me golpea suavemente el pecho sonrojándose.

- No hables así - me levanto y beso su mejilla sonrojada -. Y sí, obviamente llevo algo debajo. Tus calzoncillos para ser exacta.

- Me encanta tu outfit. Yo creo que deberías vestirte así siempre. - mi ropa le queda de fábula.

- ¿Por qué? ¿Para que todos sepan que soy tuya? - se ríe.

- Algo así. - sonrío mirándola.

Esta mujer es preciosa, una obra de arte.

- Posesivo. - me lanza un beso.

- No me lances los besos que no los recibo bien, bésame directamente. - pongo morritos.

Suelta una gran carcajada y después une sus labios con los míos en un beso suave y cálido.

- Mandón.

- Así de posesivo, mandón, celoso, gruñón y tuyo me quieres. - le guiño un ojo.

Eleonor vuelve a alejarse y se queda analizando mi rostro. No me ha dicho esas dos palabras que yo le repito a diario, pero sé que lo hace. Sé que me quiere. Eleonor no es de esas personas que dice, ella te demuestra las cosas con su preocupación, sus cuidados y atenciones, sus caricias distraídas, su mirada, sus sonrisas, ella quiere y lo demuestra con actos que eso vale más que mil palabras.