• Capítulo 20 •

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 Eleonor está tensa, no despega su mirada de un punto que se encuentra en el suelo y traga grueso de vez en cuando

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Eleonor está tensa, no despega su mirada de un punto que se encuentra en el suelo y traga grueso de vez en cuando.

- ¿Quién es el chico de antes? - rompo el silencio yendo directo a lo que más me importa.

- Tú mismo lo has dicho: un chico. - se encoge de hombros.

- Te pregunté quién es, no qué es.

- Es un chico que conocí en la universidad. - contesta.

¿Por qué carajos evita decirme directamente quién es? Quiero saber su nombre, edad, carrera, qué tipo de relación tienen...

¿Quieres también el DNI de el chico?

- Ajá, ¿qué más?

- Dios santo, es un amigo. - resopla.

- ¿Amigo? - repito sintiendo mi sangre hervir.

- Sí.

- Nunca has hablado de él.

- Tampoco debes saber todas mis amistades.

Claro que debo hacerlo, y más si son hombres.

Estos celos no son sanos, ni para ella ni para mí.

Eres así desde siempre. Lo tuyo es tuyo y de nadie más. Eres posesivo y celoso a niveles extremos.

- ¿Y las rubias operadas? ¿También son tus amigas? - espeta.

Mhm... me encantan esos celos.

- No. - respondo mordiéndome el labio inferior deseando besarla.

Sus labios me llaman a gritos, me suplican por un beso y yo se los daría encantado.

- ¿Ah, no? Yo os vi muy divertidos hoy.

- ¿Por qué dices eso?

- Me señalaste, ¿os estabais riendo de mí? - ignora mi pregunta.

- ¿Qué estás diciendo? Yo jamás me reiría de ti y tampoco dejaría que alguien lo hiciera si estoy presente.

Eleonor bufa y rueda sus ojos sin creerse mis palabras. Me desespera lo insegura que es, ¿acaso no ve que es la perfección personificada? Tiene la sonrisa más bonita del universo, los ojos brillantes que amo con toda mi alma, una voz capaz de calmar la más grande de las tormentas, su pelo tiene las ondas más perfectas que existen, su cuerpo ha sido tallado por la mismísima Afrodita y su personalidad es deslumbrante. Eleonor es perfecta y no lo sabe.

- Por Dios, una chicas tan guapas como ellas van a reírse de mí, es obvio. - dice.

- Obviamente, pero delante mío nadie, escúchame bien - la obligo a mirarme fijamente a los ojos acunando su cara -, nadie va a reírse o a hablar mal de ti.

Sobre el hielo  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora