• Capítulo 21 •

1K 38 0
                                    

 No me quito a Jaxon de la cabeza

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

No me quito a Jaxon de la cabeza. Nunca lo he hecho, pero ahora lo tengo en la cabeza el doble.

- Bebé, espabila. Hay mesas por atender. - Samantha llama mi atención.

- ¿Eh? Oh, sí, perdón.

Camino con prisas hasta una mesa en la cual está llena de adolescentes que no tendrán más de dieciséis o diecisiete años.

- ¿Qué querrían? - les pregunto con una amplia sonrisa.

- Cervezas para los hombres y zumos para las demás. - me contesta una chica rubia.

Apunto los pedidos en la libreta y voy hasta la barra.

- Cervezas para los hombres y zumos para las chicas - le informo a Samantha poniendo voz chillona -. ¿No te parece increíble que pidan cosas así? Por géneros, que ridículo.

- Sí, pero no podemos hacer nada.

Continuamos con el trabajo y cuando llega la hora de cierre estoy agotada. Este trabajo me da dolor de pies, cabeza y de brazos por llevar las bandejas a reventar de bebidas.

- Estoy agotada. - le digo a Samantha cuando llegamos al aparcamiento.

- Se te nota.

- Daría millones por un buen masaje en los pies mientras escribo un poco. - desbloqueo mi coche.

Unos pasos me sobresaltan y me ponen alerta. Son exactamente las dos de la madrugada, no hay luz y estamos solas.

- ¿Un masaje? ¿Eso deseas? - reconozco la voz gruesa de Jaxon y me relajo.

Samantha hace una mueca alzando sus cejas y sonriendo. Se aleja a paso lento y sube a su coche para posteriormente casi volar fuera del aparcamiento.

- Me asustaste, imbécil. - le digo a Jaxon cuando se pone frente a mí.

- Lo noté, por eso hablé. Te notaba tensa.

- Ni siquiera me estabas tocando. - bufo.

- Princesa, conozco tu cuerpo mejor que el mío.

Y ahí está esa sonrisa moja bragas.

- ¿Qué haces aquí? - cambio de tema drásticamente.

- Estaba aburrido en el piso y me dije que debía venir a buscarte. Vine en taxi para acompañarte en el trayecto, no estaba tranquilo sabiendo que estabas sola.

Ay Dios mío, se aproxima un paro cardíaco por la ternura que me da este hombre.

Cállate.

- Muy sobre protector por tu parte.

- Contigo siempre. El día que yo no te proteja preocúpate demasiado. - coloca un mechón de mi pelo tras mi oreja disparando mis pulsaciones.

Sobre el hielo  [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora