𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟏

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Cajones totalmente abiertos, zapatos cubriendo el suelo y una maleta sobre la cama aun destendida. Esa era la imagen que Laurel contemplo al abrir la habitación de la mayor de sus hijas— Shelby— hablo al notar que su presencia no había sido atendida, causándole un susto a la chica.

—No me hagas eso mamá— soltó una risa nerviosa colocando su mano sobre su corazón acelerado— Casi me da un infarto, ¿acaso quieres tener una hija menos? — su tono burlón no paso desapercibido para su madre, pero el puchero en su rostro fue lo que causo la gran sonrisa de la mujer que caminaba al interior de la habitación.

—Deja las exageraciones, una hija menos significa menos berrinches así que, no me motives— termino de hablar mientras se acercaba a la desordenada cama y se sentaba ante la imagen de su hija, quien fingía estar indignada ante sus palabras.

—Gracias por el cariño mamá— la mujer sonrió y ella solo cerro la maleta, dando por finalizada su labor— Todo listo, ¿soy la única que aun no esta lista? — pregunto por la repentina presencia de la mujer.

Laurel negó mirando el desorden que había en el suelo y la cama— Creo que eres la primera en terminar de empacar de hecho— Shelby la miro confundida, pues, aunque disfrutaba su visita, su mirada era seria y pensativa.

—¿Pasa algo? — se atrevió a preguntar, su madre palmeo el lugar junto a ella indicándole que se sentara, así que bajo la maleta lista al suelo y se sentó sobre las sábanas destendidas — Debo admitir que ya me preocupé— su voz salió tan baja que estaba casi segura de que no había sido escuchada.

—Susannah llamo hace un par de días— un suspiro salió de sus labios imaginando la conversación, pero por la seriedad en el rostro de su madre no podía asumir nada— ¿Cuándo pensabas hablarme del verano pasado? — los ojos de su madre se encontraron con los suyos pues, aunque no estaba orgullosa de haber huido a Cousins sola tras el divorcio, no se arrepentía— Lo más importante, ¿Cuándo planeabas contarme que fuiste al baile de debutantes?

—Fue algo que no planee— intento sonreír, pero su rostro solo mostro una mueca— Ya recibí mi regaño y mi castigo por irme mamá, sinceramente en lo último que pensé en ese momento fue en hablar del motivo por el que estaría dos meses sin salidas— la mujer asintió pensativa— Y sigo pensando que dos meses fue una exageración.

Ella asintió ya un poco fastidiada por la misma queja del castigo que le había dado ya hace un año— ¿Y sobre Conrad? — los ojos de la menor se abrieron con sorpresa, sabia que no seria un secreto por siempre, pero nunca pensó ser interrogada de esta manera— ¿No pensabas decirme nunca que empezaron a salir?

—Quería ver cómo funcionaban las cosas— agacho la cabeza pensando en como resumir la repentina relación que había surgido el verano pasado.

—Entonces después de un año, ¿sigues queriendo ver como van las cosas? — podía notar por la sonrisa en el rostro de su madre que no estaba molesta, tal vez se sentía excluida por su falta de confianza o por su silencio, pero en definitiva no parecía molesta— Cariño— hablo de nuevo, causando que levantara la vista.

𝗠𝗘𝗧𝗔𝗡𝗢𝗜𝗡𝗔 - CONRAD FISHERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora