𝗠𝗘𝗧𝗔𝗡𝗢𝗜𝗡𝗔 - CONRAD FISHER

𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟔

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Sus ojos se abrieron a causa del movimiento del chico a su lado, claramente su intento por levantarse sin despertarla había fallado. Su mirada se dirigió a la ventana notando la escaza luz al otro lado de la cortina, entendiendo que el sol aun no aparecía, lo observo a él que la mirada con una disculpa en sus ojos.

—¿A dónde vas? —Pregunto aun adormilada, soltando un bostezo.

—No puede volver a dormirme, así que pensé en ir a la playa para dejarte descansar —rodeo la cama mientras hablaba, sentándose de nuevo en la orilla donde ella estaba acostada —Vuelve a dormir.

Ella negó sentándose, quedando cerca de él —Vayamos a la playa —propuso, recibiendo una aceptación de su parte —Creo que debería cambiarme, ¿cierto?

—Si Steven te ve así querrá morirse —ambos rieron —así que yo diría que no.

—Seria divertido, pero también existe la posibilidad de que quiera matarte —su novio asintió estando de acuerdo con su teoría —No me arriesgare a perderte.

—¿Crees que no podría defenderme? —fingió indignación.

—Voy a cambiar mi respuesta, no quiero ser la hermana mayor cuando Steven muera de un coraje.

—¿Tienes algo en contra de los hermanos mayores? —ella solo negó divertida ante su falso tono ofendido—. Toma una de mis sudaderas, son grandes, estarás más cómoda.

—Igual tendré que ir a mi cuarto por un short, esta falda me tiene cansada.

—Bien, Me adelantare —dejo un beso en su frente antes de levantarse—. Te esperare abajo —aviso saliendo de la habitación.

Cuando se levantó tomo cualquier sudadera del closet del chico y se apresuró a su cuarto para vestirse. Cuando estuvo lista —solo minutos después— lavo sus dientes debido al sabor de la cerveza que aún no se iba de su boca y bajo lo más rápido que pudo —evitando hacer demasiado ruido— llego a la planta baja encontrándola vacía, así que siguió su camino llegando a la playa, encontrando a su chico ya sentado en la arena, camino tranquila hasta estar a su lado, encontrándolo de nuevo fumando en soledad.

—De nuevo con eso —Su voz sonó más resignada que molesta mientras se sentada junto él.

Hubo un silencio hasta que el dejo salir el humo entre sus labios —Lo necesito —murmuro mirando el mar frente a ellos.

—No creo que sea tan necesario —observo su perfil, mirando una pequeña mueca en su rostro, soltando un bufido molesto —Bien, probémoslo —en un intento de tomar el cigarro de su mano, se inclinó, estirándose para alcanzar el objeto, pero él lo alejo antes de que ella lograra quitárselo.