𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝟒

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La primera noche de fogata era hoy, y aunque seguía de cierta manera ofendida por las palabras dichas en la cena—esas donde se le puso el titulo de oveja— no quería arruinar la noche de su hermano y su mejor amigo, pensó en la posibilidad de quedarse en casa, pero quería ver a sus amigas del verano pasado.

Terminaba de amarrar sus vans con tranquilidad cuando escucho como se abría la puerta, dejando ver a Belly quien se asomaba curiosa, como si pidiera permiso para terminar de entrar a la habitación, levanto la vista mostrándole una sonrisa diciéndole que pasara. La menor la observo cuando volvió a bajar la mirada—esta vez para amarrar la siguiente agujeta— siempre le gusto su forma de vestir, sencilla, pero muy característica de ella, esta vez con la larga pero levemente ajustada falda negra que dejaba ver una de sus piernas gracias a una abertura, y ese top verde olivo que con el corte en v hacia resaltar la parte superior de su cuerpo. Su hermana siempre se veía bien, sin importar como vistiera o cuanto se arreglará, eso fue algo que siempre envidio, mientras ella tuvo que pasar por una metamorfosis completa para lucir bella, su hermana mayor no, ella siempre había tenido esa belleza.

—Hola Belly, ¿sucede algo? —pregunto cuando la vio tan seria.

—Iras a la noche de fogata, ¿cierto?

Asintió mirándola, dándole espacio en la cama para que se sentara— ¿Ya sabes que película verán hoy? —las noches de películas eran una tradición para las dos madres, en las que ella y Belly participaban desde pequeñas, pero desde hace tiempo que había cambiado esas noches por salidas a fiestas o aventuras con los chicos.

—Shelby —hablo con duda, insegura de preguntar.

—¿Qué pasa? ¿Estas bien? —cuestiono, ahora con preocupación.

Se acerco a la menor, tratando de crear un ambiente más privado, donde si ella susurrara, aun así, podría escucharla. Cuando parecía que había tomado el valor para hablar la puerta volvió a abrirse mostrando a Steven, animado, avanzando sin preguntar, dejándose caer sentado entre las hermanas, puso ambos brazos sobre los hombros de cada una y miro a la mayor.

—¿Ya estas lista? —ella asintió con una sonrisa —Bien, Jeremiah aún está preparándose, pero no creo que tarde demasiado—ahora enfoco su mirada en la menor —¿Y tú? ¿Por qué tan seria?

Belly bajo la mirada segundos antes de hablar decidida, no perdía nada por intentarlo— ¿Puedo ir con ustedes? Quiero ir a la noche de fogata.

Ambos hermanos mayores se miraron, volviendo su mirada a ella rápidamente—Claro, ¿Por qué no? —la melliza fue la primera en contestar, pero fue interrumpida.

—Claro que no, eres una niña—el mayor hablo serio— Y tu fotocopia, no le des ideas.

—Deja de decirme así— se quejó parándose de la cama, caminado para tomar su chaqueta y su bolso cruzado— Como veo venir una pelea, los esperare afuera, cuiden mi cuarto— se despidió de sus hermanos saliendo de la habitación, escuchando las quejas de Belly y los discursos de hermano mayor que Steven solía darles siempre.

𝗠𝗘𝗧𝗔𝗡𝗢𝗜𝗡𝗔 - CONRAD FISHERDonde viven las historias. Descúbrelo ahora