07

149 21 2
                                    

Aquellos sentimientos encontrados empezaban a inquietar su tormentoso corazón al mismo tiempo que negaba la sola idea de que el señor River lo llegara a ver con otros ojos.

Lía lo vio inerte en la entrada.
—Se encuentra bien, joven Hamilton —llamó su atención.

Jimin sacudió su cabeza y giró hacia ella.
—Desde luego —respondió.

Ambos subieron a la planta alta de la casa, Lia se dirigió al tercer cuarto, allí la familia Hamilton le había prestado aquel cuarto para su uso personal, así que empezó a desprenderse de su vestimenta y ocupar la nueva.

Jimin entró a su propia recámara y empezó a buscar algún traje entre sus ropajes.
Eligió una camisa blanca con unas mangas largas, tenían una caída muy bella, dejó al descubierto los dos primeros botones, y marcó su figura con un chaleco azul cielo ceñido a su cintura. Unos pantalones beige con detalles de encaje a las orillas del pantalón, eran de seda así que brillaban al movimiento.

Llamaron a su puerta
—Adelante —dijo terminando de abotonar el último botón.

Lia entro a su cuarto y sonrió ampliamente dedicándole una mirada de arriba hacia abajo.

—¡Luce espectacular! —alagó con una radiante sonrisa que le contagio de inmediato a Jimin

—Tú eres una princesa, no sé que haces aquí en HearFilt —bromeó Jimin.

Ella le ayudó a alisar el pañuelo envuelto alrededor de su cuello.
—Apuesto a qué tiene muchas damas detrás de usted —comentó a Jimin mientras este se miraba al espejo.

—Bueno —dijo Jimin —, no quiero despreciar a nadie, pero no pensaré en matrimonio hasta después de los treinta

—¿los treinta? —exclamó Lia asustada

Para el año en el que se encontraban, casarse a los 24 ya era de por sí un delito, la edad perfecta eran a los 15, pero Jimin no creía conveniente casarse muy joven, y mucho menos si no conocía lo que era el amor, solo se estaría cansando por obligación y para crear herederos, pero no quería eso.

—Me parece que a los treinta seré más consiente de mis actos y habré tenido experiencia, así que podré tomar decisiones acertadas —Lia lo escuchaba atentamente.

Jimin la ayudo a peinarse, la señorita Nails no pudo hacerlo, ya que las chicas de la academia asistirían al baile, ya que no era una fiesta privada, sino para todo el pueblo.




Eran las cinco de la tarde y ellos ya estaban listos.
Su padre de igual forma, aunque solo iría a saludar y comer en compañía, después se regresaría a casa, ya que no bailaba y la música después de un rato le molestaba los oídos.

Los tres subieron al carruaje y en media hora ya estaban llegando. Había varios carruajes más lo que provocaba un poco de tráfico entre los caballos.

—Me parece que en este baile se integrarán en sociedad algunas señoritas —comentó el señor Hamilton.

Jimin sonrió mientras observa el camino.

—Una de ellas soy yo —Dijo Lia.

El señor Hamilton se avergonzó de sus palabras, pero con una ligera sonrisa le dijo
—¿Oh, es tu primer baile?, ¡disfruta todo lo que puedas hoy, come y bebe tanto jugo de uva como puedas, joven Lia.

Ella sonrió cubriendo su boca con un abanico.
—Desde luego que será lo primero a lo que me acerque —le contestó.

—Hijo, como un buen institutriz, debes presentarla con todos nuestros conocidos, se su guía en la mesa, sabes que todos esperan a que ella cometa un error para ser la burla, tú más que nadie lo sabe.

HATE to LOVE |KOOKMIN| SITUADO EN 1812Donde viven las historias. Descúbrelo ahora