09

119 17 1
                                    





En la mañana del siguiente día, Jimin se levantó temprano, tomó el desayuno y salió de la mansión Hamilton hasta el pueblo, era un recorrido a pie de 15 minutos.

A mitad de camino se encontró con el señor Oliver Lafred, un hombre de 25 años, alto, de espalda ancha y sobre todo guapo, como extra era primogénito de la familia Lafred, por lo que heredaría la fortuna de su padre Robert Lafred.

—¡Qué sorpresa, Joven Hamilton, usted tan elegante como es de esperar! —exclamó, sacándole una sonrisa a Jimin

—Señor Lafred, quiero suponer que las chicas siguen cayendo a sus pies como en el pasado—este negó mientras reía.

Ambos se dieron un abrazo y caminaron en la misma dirección.

—No estás usando tu carruaje —Exclamó Oliver como pregunta

Jimin asintió:
—Me gusta caminar, quisiera decir que es un buen ejercicio para el día, pero acabo de desayunar galletas y café —logró sacarle una risa a su amigo, entonces continuó
—además, de esta forma puedo encontrarme con mis amigos de la infancia, como tú.

Oliver era un amigo cercano de la infancia, ambos se habían confesado secretos y uno de ellos que reveló Oliver era que había estado tanto con mujeres como con hombres y no sabía cuál le eran de su agrado, en su momento Jimin no le reveló nada de sus gustos, pero por aquella razón ambos se tenían confianza.

—¿Sigues con el joven Doson? —preguntó Jimin.

Oliver asintió.
—Nos vemos en el camarote de la zona roja, pedimos mujeres, pero después les damos dinero para que ellas se vayan y nosotros dos quedemos a solas, hemos estado así por ocho meses, creo que pronto le pediré matrimonio —sonrió tristemente.

Jimin sobo su espalda.

Entraron al centro de Hearfilt, la gente hacia sus labores, pocas personas prestaban atención a lo que los otros hacían.

Oliver se detuvo con un niño para comprarle un cigarro, lo encendió y continúo a lado de Jimin.

—Sabes que no es necesario —le dijo Jimin.

—Es inusual que dos hombres anden por ahí como si nada, al menos con un cigarro parece que hablamos de negocios.

Jimin sonrió. Su amigo era un experto en ocultar las cosas, ¿por qué él no podía hacerlo así?

De repente, su vista se dirigió hacia la esquina de una casa, allí estaba el señor River, intentando pasar desapercibido, pero claro que estaba mirando hacia él, desvío su mirada de él y la regresó a su amigo.

—¿Por qué no me llevas a ese camarote? —le preguntó Jimin
—Quiero conocerlo.

—¡Hey, hey, eres hijo del salvador de este pueblo, no mancharás tu nombre así!

—Entonces vayamos a un bar elegante, solo quiero estar en otro ambiente, algo... ya sabes, diferente

Oliver se acercó a él y lo miró de cerca.
—¿Eres el Jimin que conozco?

Jimin sonrió negando.
—Yo pagaré, si con eso te convence.
Su amigo accedió, con ello, Jimin miró por última vez a Jungkook y este también, después de aquello, Jimin caminó con la mirada al frente.

En la tarde a punto de oscurecer, Jimin regresó a casa, no había ingerido nada de alcohol, en su lugar desahogo todas sus penas y agradeció a su amigo Oliver que lo haya escuchado de principio a fin.

“Si no te ama, entonces qué haces ahí, deberías darle una bofetada con guante blanco"

“¿Guante blanco?, ¿bofetada?"
Por su puesto que no caería tan bajo como para pegarle a un caballero.

HATE to LOVE |KOOKMIN| SITUADO EN 1812Donde viven las historias. Descúbrelo ahora