Nueva vida | Ayanokoji Kiyotaka

Capítulo #10

Cuando el jefe nos aviso de que debíamos tener cuidado con cierto tipo, no me lo tomé muy en serio. Pensé que tal vez se había inventado alguna de sus historias, siempre está contando algo sobre su infancia dura y un monstruo inhumano. Mientras sea fuerte, a nadie le importa tener que seguirlo, aún con sus desvaríos mentales. No siempre fue así, la pandilla antes tenía un líder bastante fuerte, aunque era más autoritario y solía ser temido por todos, esos momentos en los que nadie se atrevía a pelear contra los Red Dragons son inolvidables. Desgraciadamente, fue derrotado y esta es la situación actual. Pensé en abandonar, en irme de aquí y recordar esos días como momentos de gloria. Incluso también valoré la posibilidad de crear una nueva pandilla, pero dudo que podamos superar lo que un día fuimos, o incluso lo que es ahora.

Cuando recibí la llamada de esa chica, recordé lo que me hacía sentir el poder aprovecharme de estas personas sin consecuencias. Llamé a mis antiguos compañeros sin comentarle nada al jefe y acordé una dirección casi instantáneamente.

Ahí fue cuando comprendí que los monstruos existen.

...

Cuando mis compañeros despertaron, lo primero que hice fue avisarles de lo ocurrido.

— La chica me ha dado el dinero, en marcha.

Mentí.

— ¿Eh? ¿En serio? Pero, ¿qué pasó con el chico que nos atacó?

— Sí, ¡es verdad! ¡Quiero matar a ese cabrón!

Tengo miedo, mucho miedo.

— Le di una paliza, después obligué a la chica a pagar.

No me reconozco, no soy lo que era antes...

— ¡Genial! ¡Como se esperaba de nuestro verdadero líder!

Fui derrotado por segunda vez.

Después de caminar durante un rato, giré en un callejón y di 4 toques a una puerta. Fueron 2 toques seguidos y 2 separados por unos pocos segundos. Después de confirmar la señal, eventualmente me abrieron. Estos minutos parecían los más largos de toda mi vida, cada segundo que pasaba me costaba contener más la respiración. Debo pensar en cómo actuar cuando esté frente a frente con el jefe, sólo espero que todo salga bien, he comprobado de priemra mano su fuerza y me aterra. Pero comparado con él... Prefiero hacer esto. Dejé que mis compañeros entren antes y después entré. Tardé unos segundos debido a mi dilema interno, eso provocó que la persona encargada de la puerta lo notase y me dijera algo.

— ¿Estás bien? Entra, no podemos permitirnos que descubran este sitio.

— ¡Seguro que aún sigue afectado por la paliza que le dio el jefe!

Oí cómo una burla salía desde adentro, pero no me importa, al fin y al cabo es posible que no los vuelva a ver. Bien sea porque me voy a retirar pronto, o por ese monstruo. En respuesta a la burla, mis compañeros tensaron sus rostros. Parece que aún me queda gente leal y de confianza. Con un pequeño gesto, les indiqué que no respondieran y sigan hacia adelante.

— Estoy bien, simplemente estaba pensando en algo.

Caminamos por el interior entre varias habitaciones llenas de personas, recorriendo un largo pasillo innecesariamente decorado. He estado aquí tantas veces, pero ahora luce tan cambiado... Supongo que no me acostumbraré.

Esperamos frente a la puerta que conduce a la habitación del jefe a que las dos personas que actúan como seguridad delante de la misma nos dejen pasar.

— Venimos a entregarle esto a Yuma.

Con una bolsa llena de piedras que desde afuera simula tener dinero, levanté mi mano para mostrársela.