Capítulo #9

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Me acerqué corriendo a la tienda que ya había abierto desde hace rato. Cuando llegué, dejé mis cosas y saludé a Minato, quien estaba en el mostrador mientras atendía a una señora.

— ¿Oh? Por fin apareciste, pensaba que me dejarías solo.

— Me surgió un imprevisto, por eso me retrasé.

— Como sea, encárgate de la limpieza hoy.

Asiento con la cabeza y me dirijo hacia el almacén para comenzar. Durante las horas que dura el turno de mañana, no he tenido ningún problema en particular, he podido relajarme bastante después de hacer mi parte del trabajo y comencé a pensar en lo próximo que debía hacer. Unos 20 minutos antes de cerrar, vino un cliente inesperado. Instintivamente me oculté bajo el mostrador y le hice una señal a Minato para que no dijera nada al respecto.

— Hola, ¿en qué puedo ayudarle?

Por suerte, él pareció entender lo que quise transmitirle y, aunque un poco extrañado, se dirigió al cliente.

— ¿Has visto a esa persona?

Utilizando mi móvil como espejo, pude ver un poco el rostro de la persona y lo que sujetaba en su mano derecha. Como temía, era una foto mía.

— N-no... ¿Por qué lo dice?

— Si lo ve, acuda a las autoridades, no puedo proporcionarle más información.

Han tardado en actuar... Pero dudo que esto lo hagan público, seguramente están preguntando únicamente a locales para determinar la zona en la que puedo estar.

— E-entiendo.

Esperé unos segundos a que el señor se marche y después volví a salir del mostrador.

— ¡Explícame esto! ¿A-acaso eres un asesino o algo parecido?

— Cálmate, no he matado a nadie.

Por lo menos aquí.

— ¿¡Entonces eres un ladrón!?

— Dije que te calmes... Te lo contaré.

Tuve que inventarme una historia mezclando algunas partes de verdad para que fuera más creíble en su mente. Le conté sobre la pandilla, omitiendo las partes que no me interesa que sepa, y le dije que tenía deudas que pagar, por eso ahora estoy trabajando aquí. Le dije que tienen cierta relación dentro de la policía y tratan de culparme fraudulentamente. Aunque tuve que exagerar algunas partes para que pudiera sonar verídico, parece que conseguí convencerlo. La otra opción era dejarlo inconsciente y huir.

— Bueno, entiendo lo que dices, pero ¿por qué no vas y simplemente explicas que no eres culpable?

No lo ha entendido para nada...

— No, te dije que tienen personas infiltradas en la policía. Olvídalo, ya estoy pensando en hacer algo al respecto. ¿Podrías simplemente encubrirme mientras estoy en esta tienda?

— Claro, somos amigos, ¿no? Si es por reunir dinero para pagar las deudas de tu familia, no hay manera en que me pueda negar. — Dijo con una sonrisa.

Menos mal que es una persona simple.

— Gracias, ya es la hora de cerrar, ¿cierto?

— Oh, cierto. Entonces no vemos por la tarde.

Asiento con la cabeza mientras comienzo a prepararme para salir.

Y pensar que vendrían también hasta esta tienda... Mientras no aparezca en las noticias supongo que no todo estará acabado. Si eso llega a pasar, el plan del cambio radical de imagen sería la única opción junto con esconderme en algún lugar y no salir nunca más. Tal vez incluso podría crear alguna secta u organización en la que pueda relajarme mientras los demás hacen el trabajo. Pero quiero tener una vida normal, si renuncio a eso, nada tendrá sentido.

Nueva vida | Ayanokoji KiyotakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora