Capítulo #11

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Después de utilizar a ese pandillero para poder infiltrarme en su base principal, me encuentro con dos guardias delante de la puerta. Pude colarme por la ventana gracias a que la dejó abierta al pasar por allí. En cuanto entré, los dos se pusieron alerta casi inmediatamente. Uno trató de llamar con el teléfono pero lancé una piedra directamente al mismo. Después me enfrenté a ellos, buscando la forma rápida de noquearlos. Por suerte, no hicieron mucho ruido que pudiera alertar a más gente. Al terminar con eso, abrí la puerta y analicé el entorno.

Lo primero que me encontré fue a un chico asustado, no, en realidad eran dos. Uno de ellos es el que utilicé, por alguna razón se encontraba en una esquina de la habitación. De todos modos, me es irrelevante, ya no lo necesitaré más. Me concentré en el otro chico asustado que tenía en frente de mí, parecía de mi misma edad, cosa que me sorprendió bastante. Como no había nadie más en la sala, supuse que era mi objetivo.

— K-kiyotaka...

Después de cerrar la puerta, dijo algo así. Mi sentidos se pusieron alerta al instante, alguien que no conozco sabe mi identidad.

No... Calma, lo primero es el análisis.

— ¿Hm? ¿Cómo sabes mi nombre?

Él siguió retrocediendo, aparentemente en pánico. Esos ojos... Es un temor que ya he visto antes. Es la misma expresión que ha mostrado cualquier persona que me haya conocido en la White Room. Si doy por hecho que me conoce y, por ende, conoce mi pasado, todo encaja muy bien. Trato de concentrarme en recorrer todos mis recuerdos de ese lugar, por mucho que me moleste, para tratar de buscar algún momento en el que haya tenido contacto con él.

— M-monstruo... No... ¡Eres el demonio de la cuarta generación! ¡¿P-por qué estás aquí?!

Oh, ya lo entiendo. Es él. No me interesaba y desde que dejé de verlo, lo deseché de mi mente. Será problemático que el otro escuche lo que está diciendo, supongo que tendré que silenciarlo. Ah, parece que me tiene demasiado miedo ahora mismo, supongo que no será necesario que lo haga al final. Mejor, menos trabajo para mí.

— Ya te recuerdo. Eres de mi misma generación.

Cuando digo eso, se tropieza mientras camina hacia atrás y cae al suelo.

— ¡A-aléjate!

Veo cómo saca nerviosamente un arma de su bolsillo. Mientras trata de hacerlo, se le cae al suelo debido a que no deja de temblar. Se apresura a recogerla de nuevo pero la piso con el pie.

— Fuiste desechado por no poder seguir las reglas. Tu rendimiento no fue suficiente, pero por lo menos aguantaste 3 semanas, ya es más de lo que aguantaron otros.

Veo que con lo que aprendió, consiguió hacer algo como derrotar a un líder de una pandilla y conseguir gente que le sirva. No es tan inútil después de todo, pero sabe que no tiene posibilidades al enfrentarme.

— ¡Cállate!

Se levanta nerviosamente y se apresura a intentar golpearme. Esquivo su golpe y le hago caer de nuevo al golpear su pierna. Suelta un gemido de dolor pero se recupera rápidamente, vuelve a intentarlo varias veces pero sigo esquivando.

— ¿¡Por qué tienes que arruinarlo todo!? ¡¡Eres el culpable de todas mis desgracias!!

Mientras sigue tratando de golpear, me centro únicamente en esquivar mientras pienso en lo que dice.

— ¿A qué te refieres? Apenas me he acordado ahora de ti, creo que no te hice nada.

Parece que eso lo está enfadando aún más, supongo que no se puede evitar. Tengo que apresurarme antes de que lleguen.

Nueva vida | Ayanokoji KiyotakaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora