Misión.
Nunca en mi corta vida he cuestionado algo que yo mismo hacía, hasta ahora.
¿Por qué estaba aguantando las rabietas de una niña? La cual por cierto, es realmente tonta, estúpida, torpe, poco intelectual, no sabe una mierda de matemáticas y sus bromas dan pena.
Tal vez porque esos malditos defectos, qué muchas veces me molestaron (y siguen haciéndolo) en mis hermanos, me gustan, pero solo en ella. Si me costó y aun me cuesta admitirlo, pero llegado a este punto, tampoco quiero decir que me gusta.
Porque no se como mierda es eso, nunca me gusto nada ni nadie, (quitando al café y los sándwiches de malvaviscos y mantequilla de maní), esas mierdas son adictivas.
Al igual que la desquiciada que está a mi lado, mirando el techo con una cara amargada. Me es curioso verla de esa forma, y aunque sea difícil de entender o hasta explicar, me gustaba.
No que esté enojada, sino descubrir una nueva faceta, una nueva ____ por así decirlo, es interesante. Me gustaría descubrir cada una de ellas, y con detalle. Antes también tenía ese objetivo, solo que ahora cambia que quiero descubrirlo porque quiero. No por mi estúpida paranoia.
Quiero descubrirla a ella.
Porque, si lo hago, tal vez y solo tal vez, dejé de sentir este raro y complejo sentimiento, y que, por más que intente descifrarlo, no le encuentro un nombre.
Aunque haya un alto riesgo, de que si la conozco más a fundó, el sentimiento aumente. Me voy a arriesgar.
—Oye —la llame
—¿Qué quieres? —tardo unos segundos en contestar.
—La verdad nada —solté una pequeña risa—, solo quería comenzar una conversación.
—Pues, déjame decirte que eres malo para hacerlo. —zanjó
Solo gire los ojos
—¿Qué esperabas? Estoy acostumbrado a que las personas me hablen y yo ignorarlas. No esperes mucho de mi en ese ámbito. —hable, en un tono algo divertido
Gire mi cabeza, para verla, ella como si estuviéramos sincronizados hizo lo mismo, mirándome con una ceja alzada y una mueca que para mi fue divertida, así que no pude evitar soltar una risa.
—Eres un pesado. —se quejo ella, girando sus ojos
Sonreí, girando mi cabeza, mirando nuevamente al techo
—¿Qué hiciste esta semana? —cuestione, nuevamente, ya que la vez anterior no me contesto la malnacida.
—Comer, dormir, hacer la tarea que mamá me traía... —contesto, nombrando cada una con aburrimiento.
—¿Cómo pudiste sobrevivir sin mi? Solo digo —me burle, ella golpeó mi hombro a lo qué solté un quejido—. Bueno, ya, ¿desde cuando eres tan agresiva?
—Eres un idiota. —comentó, con una diminuta sonrisa
—Tu igual.
Ella no dijo nada por un momento, a lo cual me arrepentí de decirle que también era idiota, pero antes de que pueda decir algo, ella soltó una sonora carcajada, lo cual me alegro y confundió por igual.
—Te extrañe maldito imbécil. —alce una ceja, ambos nos miramos un momento, antes de reír.
—Sí, yo igual me extrañaría. —murmure divertido
—Vete al Diablo.
—Yo también te extrañe Ocho.
Y era verdad, papa nos había prohibido molestar a Ocho, no entendía porque y porque así de la nada, pero hice caso. Al verla hoy en la cocina con una cara amargada me sorprendi.

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𝗟𝗮 𝗖𝗵𝗶𝗰𝗮 𝗡𝘂𝗲𝘃𝗮 [𝙴𝚗 𝙿𝚛𝚘𝚌𝚎𝚜𝚘] ᶜⁱⁿᶜᵒ ʰᵃʳᵍʳᵉᵉᵛᵉˢ ʸ ᵗᵘ
Hayran KurguEnamorarme de la torpe chica a la que se supone debía hacer huir de aquí no fue tan mala idea... ¿verdad?